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Más del 50 % de los estadounidenses mayores sufren de incontinencia, muestra un nuevo informe del gobierno.
«Hallamos que la mitad de la población experimentaba pérdida urinaria o pérdida accidental del control intestinal, y alrededor del 25 % tenían una pérdida urinaria moderada, grave o muy grave. Y alrededor del 8 % tenían pérdidas intestinales moderadas, graves o muy graves», señaló la investigadora líder, Yelena Gorina, estadística del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Un experto anotó que el impacto de la incontinencia es significativo.
«La incontinencia de la vejiga e intestinal es una enfermedad altamente prevalente que tiene impactos emocionales, sanitarios, sociales y económicos para la vida diaria de nuestra población mayor en EE. UU.», señaló el Dr. Farzeen Firoozi, urólogo del Sistema de Salud North Shore-LIJ en Manhasset, Nueva York.
La incontinencia ocurre cuando los músculos son demasiado débiles o demasiado activos. Si los músculos son débiles, los pacientes pueden tener accidentes. Si los músculos se hacen demasiado activos, podría haber una necesidad urgente de ir al baño. La incontinencia tiene otras causas, como los problemas de la próstata y el daño nervioso.
El tratamiento depende del tipo de problema, y puede incluir ejercicios sencillos, medicamentos, dispositivos o procedimientos especiales, y cirugía.
El Dr. Tomas Griebling, profesor de urología de la Universidad de Kansas y vocero de la Asociación Americana de Urología (American Urology Association), dijo que la incontinencia aumenta con la edad.
Pero «en realidad la incontinencia no debe considerarse como una parte normal ni inevitable del envejecimiento», añadió.
Griebling anotó que aunque el porcentaje de adultos con incontinencia ha permanecido igual, a medida que la población envejece habrá más personas con el problema.
Según el informe, casi el 51 % de las personas de a partir de 65 años de edad que vivían en casa reportaron incontinencia urinaria y/o intestinal. Poco menos del 44 % reportaron incontinencia urinaria, y poco más del 17 % reportaron incontinencia intestinal.
Alrededor del 50 % de las mujeres y del 25 % de los hombres dijeron que sufrían de incontinencia de la vejiga. Las mujeres blancas tenían casi el doble de probabilidades de sufrir de incontinencia de la vejiga que las negras, anotaron los investigadores.
No hubo diferencias significativas en las tasas de incontinencia según la edad, la raza y la educación entre las personas que recibían atención sanitaria en casa. Independientemente de dónde vivía el paciente, el 45 % de los que recibían atención sanitaria en casa reportaron tener dificultades para controlar la vejiga y/o los intestinos.
Las mujeres que recibían atención sanitaria en casa tenían 1.7 veces más probabilidades de sufrir de incontinencia urinaria que los hombres, hallaron los investigadores.
Los CDC anotan que hay unos costos significativos vinculados con la incontinencia. Por ejemplo, en 2000 la incontinencia de la vejiga costó a los adultos un estimado de 19.5 mil millones de dólares, y en 2010, el costo promedio de la incontinencia intestinal se estimó en 4100 dólares por persona.
El informe del Centro Nacional de Estadísticas de Salud aparece en la edición de junio de una revista de los CDC, Vital and Health Statistics.
junio 26/ 2014 (Medlineplus)
Yelena Gorina, Farzeen Firoozi, Tomas Griebling. Prevalence of Incontinence Among Older Americans. Jun 25, 2014, Vital Health Stat 3. 2014 Jun;(36):1-33.