Las infecciones comunes, como el resfriado y la varicela, podrían aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) en los niños, según varios estudios recientes.

13520038La buena noticia es que el ACV sigue siendo bastante raro en los niños, y uno de los estudios halló que las vacunas infantiles parecen ofrecer cierta protección contra el ACV en la niñez.

«Los niños que han sufrido un ACV eran más propensos a haber tenido una infección reciente en comparación con los controles (niños sin ACV)», comentó la Dra. Heather Fullerton, una autora que participó en tres estudios. «Hubo una asociación particularmente firme con una infección a lo largo de la semana antes de un ACV, con un aumento del riesgo de ACV de casi siete veces».

Pero un ACV no debe ser una preocupación de la mayoría de los padres, añadió Fullerton. «Claramente, las infecciones son muy comunes y los ACV muy raros en los niños. Lo que sucede es que las infecciones están funcionando como un desencadenante del ACV en los niños que ya están predispuestos a la afección», apuntó.

Fullerton es directora del Centro de ACV y Enfermedad Cerebrovascular Pediátricos de la Universidad de California, en San Francisco. Presentará sus hallazgos junto con sus colegas en la reunión de la Asociación Estadounidense del Accidente Cerebrovascular (American Stroke Association), en San Diego.

Los estudios en que Fullerton participó formaban parte de un estudio de mayor tamaño sobre los efectos vasculares de las infecciones en los niños. En el momento de su análisis sobre las infecciones y las vacunas comunes, además de un estudio sobre el virus del herpes y el riesgo de ACV, los investigadores habían reclutado a 310 niños que habían sufrido un ACV. Su edad promedio era de unos 7 años.

El tercer estudio, que observó al parvovirus (la causa de una quinta enfermedad) incluyó muestras de sangre de 162 niños que habían sufrido un ACV. Todos los estudios tenían un grupo de comparación de niños que no habían sufrido un accidente cerebrovascular.

El primer estudio halló que tener una infección una semana antes del ACV se vinculaba con un riesgo 6.5 veces más alto de ACV. El tipo de infección más común reportado en el estudio fue una infección del tracto respiratorio superior.

Este estudio también halló que los niños que habían recibido solo algunas, pocas o ninguna de las vacunas infantiles recomendadas tenían un riesgo 6.7 veces más alto de ACV. El hecho de haber recibido una vacuna contra el sarampión, la papera y la rubeola (SPR), contra la polio o contra el neumococo protegió del ACV de forma significativa, según el estudio.

En el segundo estudio, los investigadores buscaron evidencia de una infección de herpes antes de un ACV. Hicieron pruebas del virus 1 y 2 del herpes simple, del citamegalovirus, del virus de Epstein-Barr y del virus de la varicela zóster (más comúnmente conocida como varicela). Hallaron evidencia de un virus de herpes agudo reciente en el 41 % de los niños que sufrieron ACV. Según Fullerton, el virus de herpes más común hallado fue el herpes simple 1, que provoca herpes labial.

Fullerton dijo que el estudio sobre el parvovirus fue solo una observación inicial para ver si había una conexión. De los 162 niños con ACV, hallaron 10 con evidencia del parvovirus B-19, y ninguna infección en los 36 niños sin ACV. «Me sorprendió hallar tantas infecciones con parvovirus en el grupo de ACV. Le daremos seguimiento a este estudio», afirmó.

Debido a que estos estudios se presentaron en una reunión médica, los datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales. Los estudios no establecieron causalidad, anotó un experto.

«Se trata de estudios de casos controlados que observaron a personas con ACV frente a controles, no a la población general. Hay que tomar en cuenta que aunque se trata de asociaciones firmes, el ACV sigue siendo algo muy poco común entre los niños», señaló el Dr. Kenneth Bromberg, director del Centro de Investigación de Vacunas y presidente del departamento de pediatría del Centro del Hospital de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York.

«El punto de estos estudios es comprender mejor el ACV, no alarmar al público», enfatizó.

«De todos los factores potenciales que mencionaron, el que realmente podemos controlar es la varicela, y recomiendo la vacuna para proteger contra la varicela y para obtener una mayor protección contra algo poco común: el ACV infantil», apuntó Bromberg. Anotó que los investigadores han intentado desarrollar una vacuna contra el virus del herpes simple 2, pero que hasta la fecha no han tenido éxito.

Fullerton, autora del estudio, dijo que si los padres notan señales de una enfermedad en sus hijos, hay un tratamiento disponible para las infecciones virales si se inicia pronto en el transcurso de una infección. Y aunque ninguno de los expertos pudo explicar el motivo, Fullerton apuntó que «los niños que estaban más vacunados tendían a tener unas tasas más bajas de ACV. Es una razón más para vacunar a sus hijos».

Aparte de una infección reciente, no hay muchos factores de riesgo conocidos para el ACV en los niños. Un factor de riesgo potente es un trauma reciente en la cabeza o en el cuello, según la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA). La AHA estima que, cada año, el ACV afecta a casi cinco de cada 100 000 niños de EE. UU.

Las señales que los padres pueden ver en los niños son iguales que en los adultos:

Debilidad o entumecimiento súbito en un lado del cuerpo o la cara
Dificultad repentina para hablar
Confusión
Problemas repentinos de la visión
Problemas repentinos para caminar
Mareo
Dolor de cabeza fuerte y repentino

Los niños podrían también experimentar convulsiones durante un ACV, sobre todo los niños pequeños, según un cuarto estudio que presentarán unos investigadores australianos en la reunión. Algo alarmante es que este estudio halló que apenas más o menos la mitad de los padres llaman de inmediato a emergencias para pedir ayuda.

El tiempo promedio antes de que los padres llevaran a sus hijos a una sala de emergencias fue de casi dos horas, y algunos padres tardaron incluso un día. Pero llegar al hospital rápidamente es esencial cuando alguien sufre un ACV. Los trombolíticos podrían detener un ACV y limitar el daño que provoca, pero solo cuando se administra en un plazo de unas horas tras el inicio de los síntomas.
febrero 12/2014 (Medlineplus)

febrero 18, 2014 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Enfermedades Cerebrales, Pediatría | Etiquetas: , , , |

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