abr
17
Más de 165 millones de niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica en el mundo, lo que afecta a su desarrollo cognitivo y social, pero la lucha contra este problema está logrando «verdaderos progresos», asegura Unicef.
Así lo refleja el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en un informe presentado en Dublín, en el que resalta que el «progreso acelerado» para mejorar la nutrición infantil es, además, «posible y necesario».
«La desnutrición crónica puede eliminar oportunidades en la vida de un niño y también oportunidades de desarrollo de una nación», afirma en el documento el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, quien opina que ahora se dan las circunstancias idóneas para intensificar sus programas de actuación.
El estudio revela que la desnutrición crónica ha disminuido un 36 % en los últimos 20 años.
Los mayores descensos, apunta el documento, se registraron en Asia oriental y el Pacífico, región esta última que ha experimentado una reducción del 70 % desde 1990, pasando del 42 % registrado ese año hasta el 12 % en 2011.
La organización humanitaria recordó que la desnutrición crónica en los niños no es sólo «una cuestión de baja estatura», pues también es causante de retrasos «en el desarrollo del cerebro y «la capacidad cognitiva».
Según Unicef, el 80 % de los niños menores de cinco años afectado por este problema «vive en solo catorce países», once de los cuales han experimentado «éxitos» en la aplicación y mejora de «las políticas de nutrición, programas y cambios de comportamiento».
En el texto, la organización destaca los progresos alcanzados en Etiopía, Haití, la India, Nepal, Perú, Ruanda, República Democrática del Congo, Sri Lanka, Kirguizistán, República Unida de Tanzania y Vietnam.
En Etiopía, por ejemplo, la desnutrición crónica cayó del 57 al 44 % entre 2000 y 2011, mientras que la mortalidad entre los menores de cinco años pasó durante ese mismo periodo de 139 muertes por cada mil nacidos vivos a 77.
En Perú, toda su clase política se comprometió en 2006 a aplicar una iniciativa encaminada a reducir la desnutrición crónica en niños menores de cinco años en un 5 % durante un periodo de cinco años, lo que propició que en 2011 disminuyera un tercio.
También Ruanda, en sólo cinco años (2005-2010) logró pasar de un estimado 52 % al 44 %, mientras que en Haití los resultados preliminares de encuestas indican que bajó de un aproximado 29 % en 2006 al 22 % en 2012.
En algunas partes de la India, donde 61 millones de niños padecen desnutrición crónica, «aún se está progresando», como en el estado de Maharashtra, el más rico y el segundo más poblado del país, donde las estimaciones provisionales indican que la desnutrición crónica se redujo del 39 % en 2005-2006 al 23% en 2012.
En todos los casos, celebró Unicef, la «clave del éxito» en la lucha contra esta lacra pasa por centrar la atención de los programas de intervención en el periodo del embarazo y durante los dos primeros años de vida del niño.
«La desnutrición crónica y otras formas de desnutrición se reducen a través de una serie de pasos simples y comprobados, como la mejora de la nutrición de las mujeres, la lactancia materna temprana y exclusiva, el suministro de vitaminas y minerales, así como la comida apropiada», puntualiza el informe.
Unicef recuerda que el daño que la desnutrición crónica produce en el cuerpo de un niño y su cerebro es «irreversible», pues reduce «el rendimiento en la escuela y sus ingresos laborales en el futuro»
«Es una injusticia -recalca- que a menudo se transmite de generación en generación y que recorta el desarrollo nacional. Los niños con desnutrición crónica tienen también un riesgo mayor que los demás niños de morir por enfermedades infecciosas».
abril 15/2013 (EFE).-
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»