Algunos comportamientos relacionados con la pérdida de peso a corto plazo no son efectivos o no se sostienen por mucho tiempo en mujeres post-menopáusicas, según un estudio publicado en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.

Los investigadores de la Universidad de Pittsburgh (Pensilvania, Estados Unidos) buscaron determinar si los cambios en la comida y la selección de alimentos estaban asociados a la pérdida de peso durante seis y 48 meses en un grupo de mujeres post-menopaúsicas con sobrepeso. Un total de 508 mujeres fueron clasificadas al azar en dos grupos denominados Cambio de estilo de vida y Educación en salud. El grupo Cambio de estilo de vida era visitado por nutricionistas, expertos en fisiología y psicólogos a lo largo de la investigación. Sus objetivos eran reducir la ingesta de grasas y calorías, incrementar el consumo de fruta, verduras y cereales integrales. Los participantes del grupo Educación en Salud participaban en seminarios impartidos por expertos sobre la salud general de la mujer, pero no específicamente sobre la pérdida de peso.

Los científicos demostraron que el comportamiento respecto a la ingesta de comida  asociado con una pérdida de peso en seis meses se achacaba a una reducción de la ingesta de postres y fritos, beber menos bebidas azucaradas, comer más pescado y salir menos a comer en restaurantes. Tras cuatro años, demostraron que comer menos postres y beber menos bebidas azucaradas continuaba estando relacionado con el mantenimiento y la pérdida de peso, también a largo plazo. Sin embargo, comer más frutas y verduras y menos carnes y queso se convirtieron en importantes predictores adicionales para la pérdida de peso a largo plazo. En cambio, comer o no en restaurantes podría, según especulan los autores del estudio, estar más relacionado con factores económicos y no se mostraba relevante en el estudio.

«Las personas están muy motivadas cuando comienzan un programa de pérdida de peso. Se puede decir «Nunca voy a comer otro trozo de pastel» y ver cómo los kilos empiezan a desaparecer. Comer frutas y verduras podría no suponer una gran diferencia en la ingesta calórica. Pero ese pequeño cambio puede llevar a un mejor resultado a largo plazo porque no es tan difícil de hacer como evitar comer papas fritas siempre», explica Bethany Barone Gibbs del Departamento de Salud y Actividad Física de la Universidad de Pittsburgh y una de los autores del estudio.

Los resultados de la investigación sugieren que un descenso en el consumo de postres y bebidas azucaradas está asociado a un mantenimiento y pérdida de peso a largo y corto plazo, pero incrementar el consumo de frutas y verduras y disminuir el de carne y queso son factores adicionales que podrían aumentar el control o pérdida de peso a largo plazo.

«El objetivo es reducir la carga de la obesidad, el enfoque debe centrarse en las estrategias a largo plazo ya que los cambios en los comportamientos de comida asociados con la pérdida de peso a corto plazo tienen mayores probabilidades de resultar inefectivos e insostenibles», concluye Barone Gibbs.
agosto 31/2012 (Diario Médico)

Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo del artículo a través de Hinari.

Bethany Barone Gibbs, Laura S. Kinzel, Kelley Pettee Gabriel, Yue-Fang Chang, et al. Short- and Long-Term Eating Habit Modification Predicts Weight Change in Overweight, Postmenopausal Women: Results from the WOMAN Study. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, vol. 112 (9): págs 1347-1355.e2. doi:10.1016/j.jand.2012.06.012.

septiembre 1, 2012 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Nutrición | Etiquetas: , , , |

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