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El proyecto IC-Life quiere convetirse en un elemento más en la lucha contra la muerte súbita en el deporte. Para ello propone monitorizar y controlar en tiempo real la respueta de los atletas durante la práctica deportiva con una pulsera situada en la arteria radial.
La posibilidad de una muerte súbita puede comenzar a gestarse con alteraciones cardiacas detectables hasta 60 minutos antes de producirse el paro. Por ello, cualquier mecanismo o sistema capaz de anticipar y alertar sobre esas alteraciones es de gran ayuda para reducir o minimizar el impacto. El proyecto IC-Life plantea el desarrollo de pulseras cardiacas monitorizadas para evitar la muerte súbita en la práctica de actividades deportivas, que también contribuirían a la detección prematura de anomalías cardiacas, a la prevención de ciertas lesiones musculares deportivas e incluso a un control más exhaustivo y económico de los efectos de productos dopantes.
Según ha explicado a DM Hugo Alberto Ferrer, máster en Contabilidad Avanzada y Gestión Financiera por la Universidad Jaime I, de Castellón, IC-Life surgio tras conocer que no existen dispositivos para el control cardiaco continuado tras un infarto. Así «decidí aplicar mis conocimientos de entrenador deportivo e implantarlos con investigaciones y publicaciones de cardiólogos como Araceli Boraita, del Consejo Superior de Deportes, y Josep Brugada, del Hospital Clínico de Barcelona, para buscar una solución». Tras dos años de investigación ha recopilado información de casos de muerte súbita, causalidad y factores que la condicionan. «Con los datos, comencé a diseñar la idea de cómo mejorar el sistema actual para dotar de mayor seguridad al deportista».
El sistema de monitorización en tiempo real -cuya materialización esta pendiente sólo de encontrar una empresa de electrónica y de telecomunicaciones-, estaría formado por pulseras situadas en la arteria radial del deportista y, a su vez, conectadas vía TIC a equipos de monitorización. Para eso es necesaria la instalación de un cierto número de antenas en el espacio donde se practica deporte para dar cobertura al equipo y que la señal sea correcta. «El equipo incluiría otros complementos que facilitan la movilidad y la información tanto a las asistencias médicas del campo como al cuerpo técnico de cada equipo». El análisis a posteriori de los parámetros podría permitirnos identificar los que se asociarían a un mayor riesgo de muerte súbita. Una vez identificados, se podría detectar precozmente si algo va mal durante el ejercicio físico para finalizarlo o tomar las medidas necesarias».
En caso de detectar una anomalía, tres señales de alerta simultánea serían enviadas al monitor de control, a las asistencias médicas del recinto deportivo y al hospital o centro sanitario más cercano. La alerta reduciría al mínimo el tiempo de respuesta, algo clave en la recuperación del paciente.
Ferrer ha destacado que el coste de las pulseras, el equipo de monitorización y las antenas necesarias no superaría los 20.000 euros, un montante económico «asumible y muy inferior, por ejemplo, a los 180.000 euros que supondría someter a una revisión cardiovascular semanal a 25 jugadores de fútbol. Lo más importante es que se trata de una inversión que salvaría vidas». Además, ha destacado que el sistema de pulseras cardiacas puede aplicarse a atletas profesionales y amateurs, y en actividades deportivas que impliquen a un colectivo de personas.
Cobertura médica
El proyecto de Ferrer también dispone de la cobertura y apoyo de médicos especializados. Según Vicente Montagud, jefe de Cardiología del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón, «cuando nos explicó el proyecto nos pareció que era una buena idea, ya que consideramos que cualquier iniciativa que vaya encaminada a reducir el riego de muerte súbita debe ser apoyada. Le ofrecimos nuestro apoyo, toda la información que necesite y, cuando encuentre los recursos humanos necesarios y financiación para acometer el proyecto, le ayudaremos en las pruebas e investigación del sistema».
Adolfo Brizuela, médico de la Unidad de Rehabilitación Cardiovascular del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón, ha explicado que «la muerte súbita en los atletas es un campo abierto a la investigación y cualquier estudio que nos ayude a identificar factores predictores de riesgo es bienvenido».
Se calcula que uno de cada 200 000 deportistas fallece al año en el mundo por muerte súbita; en España unas 30.000 personas fallecen por esta causa, y al ser un país en el que más de 12 millones de personas practican deporte, la Federación Española de Medicina del Deporte está diseñando un Registro Nacional de Muerte Accidental y Súbita en el Deportista.
Detección precoz
Posiblemente uno de los casos menos conocidos de detección precoz de un problema cardiológico en un deportista sea el de Cristiano Ronaldo, jugador del Real Madrid. Cuando tenía 15 años y comenzaba a despuntar en el Sporting de Lisboa, los médicos del club detectaron una alteración cardiaca relacionada con una taquicardia, que pudo poner en riesgo su vida, su carrera deportiva y profesional. Afortunadamente, y debido a la rápida detección del proceso, los médicos operaron al jugador y éste pudo continuar practicando deporte de alto nivel.
agosto 10/2012 (Diario Médico)