Las ondas de choque se configuran como tratamiento de primera elección en ciertas enfermedades de traumatología y de lesiones blandas. La progresiva extensión de la metodología ha originado que su beneficio se empiece a valorar en potenciales nuevas indicaciones.

La traumatología y la rehabilitación son los ámbitos en los que las ondas de choque aparecen como primera opción terapéutica. De hecho, la tendinopatía calcificante del hombro, el codo de tenista o golfista, la fascitis plantar y la pseudoartrosis son enfermedades en las que los resultados satisfactorios se mueven globalmente entre el 80 y el 90 %, dependiendo del tipo de lesión.

No obstante, las ondas de choque, cuyo mecanismo se acción parte del que emplea en litotricia, podrían extenderse y ofrecer beneficios en determinados procesos cardiológicos, odontológicos, dermatología e incluso en el abordaje de la espasticidad neurológica que acompaña a ciertas enfermedades, ha explicado a DM Karin Freitag, del Centro Médico Freitag, en Madrid, y vicepresidenta de la Sociedad Española de Tratamientos con Ondas de Choque (Setoc) que  comenzó su I Congreso Nacional en Barcelona y cuenta con la participación de Wolfgang Schaden, de la Sociedad Internacional de Tratamientos Médicos por Ondas de Choque, y uno de los pioneros en su uso en pseudoartrosis.

La tendinopatía calcificante del hombro, el codo de tenista, la fascitis plantar y la pseudoartrosis obtienen resultados satisfactorios con la técnica.

Freitag ha indicado a DM que en las enfermedades en las que las ondas de choque constituyen la primera opción de abordaje el éxito es muy elevado: el tratamiento es eficaz, menos costoso que otras opciones, como rehabilitación o incluso cirugía, reduciendo el ausentismo laboral, ya que la reincorporación es menor que cuando el paciente se somete a otros procedimientos, según la especialista.

Futuro prometedor
A pesar de que en Europa el uso de las ondas de choque está muy extendido, en España ha ido incorporándose poco a poco hasta llegar al momento actual en el que esta terapia se considera, por diferentes especialidades médicas, como primera opción en las enfermedades indicadas. No obstante, en el congreso de Barcelona los especialistas dejarán claro que el beneficio total se consigue con el aparataje adecuado y las indicaciones concretas.

Por ejemplo, en las tendinopatías calcificantes de hombro, el éxito terapéutico llega al 85 %, en fascitis plantar al 90 % y en pseudoartrosis, el porcentaje es casi del 100 %, aunque para garantizar el total beneficio «el tiempo desde el diagnóstico al tratamiento no debe ser superior a tres meses y la diástasis no puede ser mayor de 4 milímetros».

Los miembros de diferentes sociedades científicas que participarán en este congreso también definirán el potencial futuro de las ondas de choque en urología, dermatología para la regeneración cutánea, así como en neurología para neuritis y neuralgias en extremidad superior y espasticidad infantil.

Largo plazo
El análisis de las series evaluadas y tratadas por el equipo de Freitag pone de manifiesto que los resultados satisfactorios del tratamiento se mantienen a largo plazo: unos cuatro años, que es el periodo inicial para el que se fijó el seguimiento.

A pesar de que la metodología tiene unas contraindicaciones absolutas, suele extenderse a la mayoría de los afectados y carece de efectos secundarios.

NEOVASCULARIZACIÓN
La cardiología es otro en los que la metodología con ondas de choque puede encontrar un importante ámbito de actividad. Sus efectos fisiológicos sobre el organismo, algunos de los cuales serán detallados en el I congreso de la sociedad por Carlos Leal, presidente de la Sociedad Colombiana de Ondas de Choque y encargado de organizar el I Congreso Internacional de la sociedad el próximo mes de julio en Colombia, se basan en las ondas mecánicas, de golpes, para la disolución de depósitos cálcicos. En este sentido, en el estudio de las distintas series tratadas se ha observado que son capaces de producir neovascularización, lo que supone la creación de nuevos vasos sanguíneos. «Aquí precisamente se encuentra su utilidad en el campo de la vascularización cardiaca», ha indicado Karin Freitag. De esta forma, la angina de pecho, la cardiopatía isquémica y, en general, todos los procesos que precisen un aumento del riego sanguíneo podrían representar un campo de actuación.
junio 18/2012 (Diario Médico)

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