Las bebidas dulces se han relacionado con un riesgo ligeramente mayor de padecer hipertensión arterial, pero una investigación estadounidense señala que el azúcar de la fruta podría no ser culpable, como apuntaban estudios anteriores.

Los investigadores siguieron a más de 200 000 hombres y mujeres durante más de 38 años y hallaron que el consumo habitual de bebidas azucardas, ya sea que contuviesen azúcares o las endulzadas artificideterminante, informó el grupo en Journal of General Internal Medicine.

«No sabemos qué causa el aumento del riesgo en las bebidas azucaradas o endulzadas artificialmente», dijo Lisa Cohen, principal autora del estudio e investigadora en el departamento médico de la Universidad de Maryland.

«Es difícil decir que por la fructosa en sí aumenta el riesgo de hipertensión», agregó.

Estudios anteriores habían señalado a la fructosa como un factor relacionado con el riesgo de padecer hipertensión, pero Cohen señaló que solo tomaron una instantánea en el tiempo y no pudieron determinar qué era primero, si la hipertensión arterial o el gusto por las bebidas dulces.

Cohen y sus colegas analizaron los datos de tres estudios masivos, incluyendo a cerca de 224 000 trabajadores de la salud, cuya dieta y salud fueron seguidos durante entre 16 y 38 años.

Ningún participante había sido diagnosticado con hipertensión antes del inicio del estudio.

Con el tiempo, aquellos que tomaban al menos una bebida azucarada al día tenían un 13 % más de posibilidades de desarrollar la enfermedad más que aquellos que las consumían una vez por mes o menos.

Del mismo modo, las personas que tomaban al menos una bebida endulzada artificialmente al día tenían un 14 % más de posibilidades de ser hipertensos en comparación con aquellas que ingerían menos, o incluso ninguna.

Para ver si la fructosa era la responsable, los investigadores también estudiaron a la gente que tenía altos niveles de fructosa en sus dietas de otras fuentes, como las frutas.

Entre quienes obtenían un 15 % de sus calorías de fuentes de fructosa que no eran las bebidas, el riesgo de desarrollar hipertensión fue incluso más bajo que en las personas que ingerían muy poca fructosa.

«Uno pensaría que si la fructosa era el factor causante, entonces comer una gran cantidad de manzanas (por ejemplo) podría aumentar también el riesgo de hipertensión», dijo Cohen a Reuters Health.

El vínculo «marcadamente» mayor entre las bebidas dulces carbonatas y el riesgo de hipertensión podría ser explicado por el tamaño más amplio de las raciones asociadas con los refrescos, o cualquier otro ingrediente desconocido común a todos ellos, dijeron los investigadores, aunque destacaron que se necesitará más investigación al respecto.
junio 5/2012  (Reuters)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Cohen L, Curhan G, Forman J. Association of Sweetened Beverage Intake with Incident Hypertension. J Gen Intern Med. abril 27/2012.

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