La monitorización perioperatoria de la hemostasia en el trasplante hepático es fundamental para conocer in situ los parámetros de coagulación del paciente. La entrada de la bioquímica en el quirófano y la tecnología de punta han facilitado esta opción.

Alrededor de 125 expertos se han dado cita en la I Jornada Multidisciplinar de Trasplante Hepático, organizada conjuntamente por las unidades de Gestión Clínica de Laboratorios y Cirugía General del Hospital Universitario Virgen del Rocío, de Sevilla, y que ha contado con el aval de la Sociedad Española de Trasplante Hepático.

«Gracias a un nuevo modelo de trabajo en el que los bioquímicos forman parte del equipo de quirófanos, con un dispositivo portátil movilab podemos conocer en escasos tres minutos los parámetros de coagulación del paciente y decidir a tiempo la necesidad o no de transfusión. Así, hemos logrado buenos resultados en trasplante hepático durante 2011″, ha explicado Antonio León Justel, coordinador de Point of Care, del Servicio de Bioquímica del hospital sevillano.

Con esta estrategia, el porcentaje de enfermos que no necesitan hemoderivados ha pasado de un 5 a un 30 %, con la consiguiente reducción de complicaciones y mejora de la supervivencia. «Nuestra hipótesis de trabajo es que en los pacientes trasplantados de hígado la monitorización in situ de la hemostasia perioperatoria mejora el manejo de la complicación hemorrágica y esto tiene un impacto en el uso de hemoderivados y en la morbimortalidad de estos enfermos», ha señalado León.

Otras de las premisas que constituyen la base del modelo son que esta monitorización se realice en el área quirúrgica, la implicación directa del personal del laboratorio, la interoperabilidad con los sistemas de información corporativos y la colaboración con la industria. «Hemos presentado nuestra experiencia tras incorporar a los profesionales de laboratorios al trasplante hepático -no solo en el espacio físico de quirófanos, sino también en la toma de decisiones compartidas con cirujanos y anestesiólogos-, según la información que aporta con tanta inmediatez este nuevo soporte tecnológico».

Antes, tanto cirujanos como anestesiólogos debían esperar hasta 45 o 50 minutos para saber en qué situación hematológica se encontraba el paciente durante la intervención, «ya que las muestras de sangre se debían enviar hasta el laboratorio centralizado, ubicado en otro edificio». Sin embargo, con el diseño de un equipo móvil que permite dar información como tromboelastografía, hemograma, estudios de coagulación, bioquímica y gracias al equipo especializado para realizar y analizar todos los datos obtenidos, «hemos podido dar este salto cualitativo».

En estos momentos, el proyecto lo están aplicando de manera sistemática en todos los trasplantes hepáticos y otras cirugías de alto riesgo y, de hecho, «hemos observado una reducción considerable del uso de hemoderivados en estos pacientes». Por tanto, el manejo de la monitorización de la hemostasia perioperatoria con el modelo aquí planteado mejora el manejo de la hemorragia quirúrgica.

El enfoque multidisciplinar del proyecto «ha sido un éxito debido a la implicación de todos los servicios que han participado y, finalmente, la cuestión de la colaboración de la industria ha adquirido una importancia fundamental si queremos seguir innovando y buscando nuevas tecnologías». Según León, el siguiente objetivo es realizar un documento de consenso que asuman las sociedades científicas de trasplante y cuyas recomendaciones sigan los equipos del país.
abril 17/2012 (Diario Médico)

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