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Los cerebros de los niños que sufren de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) muestran anomalías en ciertas áreas involucradas con la «atención visual», halla una investigación reciente.
Los investigadores realizaron IRM funcionales (IRMf) de 19 niños entre los 9 y 15 años de edad con TDAH y 19 niños sin el trastorno mientras los niños tomaban una prueba en que se les mostraba un conjunto de números y se les pedía recordar si un grupo de números posterior encajaba con el original.
La prueba obliga a los niños a prestar atención y mantenerse concentrados para poder recordar el conjunto original, apuntó la autora líder del estudio Xiaobo Li, profesora asistente de radiología del Colegio de Medicina Albert Einstein en la ciudad de Nueva York.
Una IRMf es un tipo especializado de IRM utilizado para medir la actividad cerebral.
Los escáneres mostraron que los niños con TDAH tenían menos actividad en el lóbulo frontal, el lóbulo parietal y el lóbulo temporal, lo que «concuerda con estudios anteriores que mostraron activaciones reducidas en las mismas regiones», apuntó Li. Esas regiones cerebrales también se han asociado con la atención y la memoria de trabajo, añadió.
Los niños con TDAH también mostraron diferencias en la conectividad cerebral entre las regiones, lo que incluye anomalías de «corto rango», «largo rango» y «a través de los hemisferios», señaló.
«Lo que esto nos dice es que los niños con TDAH usan vías cerebrales funcionales parcialmente distintas para procesar esta información, lo que podría ser causado por vías afectadas en la materia blanca que tienen que ver con el procesamiento de la información de la atención visual», apuntó Li, quien ahora planea estudiar la capacidad de los niños con TDAH para mantenerse enfocados en la información auditiva, o sea lo que escuchan.
La investigación fue presentada en la reunión de la Sociedad Radiológica de América del Norte (Radiological Society of North America) en Chicago. Los datos y las conclusiones de las investigaciones presentadas en reuniones médicas se deben considerar como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Se calcula que el TDAH afecta a entre cinco y ocho por ciento de los niños en edad escolar. Los síntomas, que pueden persistir hasta la adultez, incluyen falta de atención, hiperactividad e impulsividad más allá de lo que se observa normalmente para la edad y el punto del desarrollo de un niño.
Aunque los investigadores sugirieron que las anomalías en la conectividad cerebral podrían eventualmente ser utilizadas como una herramienta diagnóstica para el TDAH, otros expertos señalan que primero hay que aprender mucho más. Esto incluiría realizar estudios con más niños, y determinar si las diferencias en la conectividad observada en las IRMf se ven exclusivamente en niños con TDAH o también en niños con otras afecciones.
«Sugerir que se debe recomendar una IRMf como evaluación inicial de los pacientes de TDAH ciertamente no está justificado en este momento, y no hay recomendaciones clínicas inmediatas que surjan de aquí», apuntó el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven and Alexandra Cohen en New Hyde Park, Nueva York.
Aunque los hallazgos están «lejos de ser una herramienta diagnóstica, sí sugieren que algún mecanismo cerebral se asocia con los síntomas», añadió.
No hay una prueba singular para el TDAH. Actualmente, los médicos diagnostican el problema mediante información sobre la conducta del niño provista por los padres y otros cuidadores, y un examen médico para descartar otras afecciones.
«Diagnosticar el TDAH es muy difícil debido a su amplia variedad de síntomas conductuales», apuntó Li. «Establecer un biomarcador de imagen confiable para el TDAH sería una contribución importante al campo».
Noviembre 29/2011(Medlineplus)