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Los bebés concebidos mediante un tratamiento de fertilidad serían algo más pequeños al nacer que los niños concebidos naturalmente, aunque aún no está claro si eso se debe a la terapia en sí o a la infertilidad materna subyacente, reveló un estudio realizado en Estados Unidos.
Un grupo de investigadores observó a casi 2000 mujeres y halló que los bebés nacidos de aquellas con problemas de fertilidad pesaban un poco menos -unos 453 gramos en promedio-, según resultados publicados en la revista Fertility & Sterility (doi:10.1016/j.fertnstert.2011.08.038).
Esos niños corrían también mayor riesgo de tener bajo peso al nacer, es decir estar por debajo de los 2,49 kilogramos.
«Pero es difícil diferenciar. ¿Se debe a la infertilidad o a la tecnología usada para tratarla?», expresó Amber Cooper, profesora asistente de obstetricia y ginecología de la Washington University en St. Louis, quien dirigió el estudio.
Investigaciones previas han relacionado el mal crecimiento fetal y el menor peso al nacer con un mayor riesgo de desarrollar ciertos problemas de salud en la adultez, como hipertensión y enfermedad cardíaca.
El equipo de Cooper observó los registros de 461 mujeres que llegaron a su centro con problemas de fertilidad durante 10 años y finalmente tuvieron un bebé.
Más de la mitad se sometió a una fertilización in vitro (FIV), mientras que 106 fueron tratadas con fármacos y 104 finalmente quedaron embarazadas por su cuenta. Las pacientes fueron comparadas con 1264 mujeres fértiles que dieron a luz durante el mismo período.
En general, los bebés nacidos de mujeres con problemas de fertilidad eran más pequeños. Pero no había diferencia en el peso de nacimiento promedio entre los hijos de las mujeres que se sometieron a FIV y los de aquellas infértiles que terminaron teniendo un bebé sin ayuda médica.
La mayor brecha se observó en el grupo de mujeres que habían sido tratadas con medicamentos para la fertilidad, que incentivan la ovulación. Sus recién nacidos eran unos 225 gramos más livianos que los de las madres fértiles, diferencia que Cooper calificó de pequeña pero aún así significativa.
Por otro lado, el mayor riesgo de bajo peso al nacer en el bebé se observó fundamentalmente en los hijos nacidos por FIV.
El 12 % de esas mamás tuvo un recién nacido de bajo peso, frente a algo menos del 8 % de las madres sin problemas de fertilidad.
«Los resultados sugieren que una amplia porción de esto estaría relacionado con la infertilidad subyacente», dijo Cooper.
Los fármacos para tratar la infertilidad suelen usarse en mujeres cuya condición está relacionada con problemas de ovulación. En el caso de este estudio, fue casi la mitad del grupo tratado con medicación.
Investigaciones previas también sugirieron que cuanto más demora una pareja en concebir, mayores son las posibilidades de bajo peso al nacer en el bebé u otras complicaciones.
La FIV suele realizarse sólo después de que fracasan los medicamentos u otros tratamientos menos exhaustivos.
No obstante, los investigadores del presente estudio no pudieron vincular el bajo peso al nacer con causas específicas de la infertilidad, y Cooper resaltó que no podría descartarse cierto efecto de la tecnología.
Dado que cerca del 2 % de los nacimientos anuales en Estados Unidos son actualmente asistidos por algún tratamiento de fertilidad, será importante seguir estudiando los efectos de la terapia sobre la salud a largo plazo, señaló la autora.
Noviembre 1/2011 (Reuters) –
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo a través de Hinari.
Amber R. Cooper, Kathleen E. O’Neill, Jenifer E. Allsworth, Emily S. Jungheim, Anthony O. Odibo, Diana L. Gray.Smaller fetal size in singletons after infertility therapies: the influence of technology and the underlying infertility. Publicado en Fertility and Sterility Vol. 96, Issue 5, Pages 1100-1106. Noviembre 2011.