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El 70 % de los niños tienen algún problema de mala oclusión dental, pero si se detecta de forma temprana a los dos o tres años, existen soluciones permanentes con la utilización de aparatos de ortodoncia y durante un menor tiempo de tratamiento que hace un par de décadas, según ha explicado el estomatólogo mexicano Marc Saadia, especialista en odontología pediátrica, que ha participado en el curso Ortopedia dentofacial y malas oclusiones, organizado por el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Cantabria.
El experto del Consejo Americano de Odontología Pediátrica ha explicado que toda intervención temprana en el niño hace posible aprovechar el crecimiento de la mandíbula del menor antes de que salgan las piezas permanentes. \»Ello permite abrir espacio en la boca y que, de esta forma, se puedan ubicar perfectamente los dientes y las muelas sin necesidad de tener que extraer piezas\», ha explicado a su paso por Santander.
Estos tratamientos, aplicados antes de los siete años, permiten acortar el tiempo de utilización de los aparatos dentales ya sean fijos o móviles entre cuatro meses y un año. Para Saadia, lo más importante de este abordaje temprano del problema bucal es que el hueso es todavía blando y se modifica y/o amplía con facilidad antes de que la boca finalice su crecimiento, lo que se produce en torno a los 12 años. La solución de este tipo de problemas dentales tiene también una vertiente estética muy importante, ya que \»si un niño se ve bien, estará más seguro de sí mismo e incluso se evitarían casos de bulling en el colegio porque, en muchas ocasiones, el acoso escolar comienza por la apariencia física\», tesis que ha compartido José del Piñal, estomatólogo y presidente del colegio cántabro.
Las causas de los abundantes casos de mala oclusión y de la falta de espacio en la boca tienen su origen en el cambio de dieta del ser humano hacia alimentos más blandos, lo que impide que el músculo de la boca se desarrolle, al tiempo que el hueso de la mandíbula se reduce ante la falta de función y ocasiona que los dientes no tengan espacio.
Saadia se ha referido también a la utilización de células madre que se obtienen de la pulpa dental de los dientes de leche, y que se extraen, se expanden y se multiplican con facilidad, al tiempo que permiten altas posibilidades para la regeneración de las piezas. A diferencia de las obtenidas del cordón umbilical, el especialista ha agregado que estas células madre \»no sólo hacen dientes, sino también hueso y cartílago, y en el horizonte de 10 ó 15 años permitirán una medicina regenerativa. Si se toman diez células madre, en dos semanas habrá un millón o dos millones de células, dado que se multiplican de manera muy activa. Es en ese momento, cuando ya se tiene la cantidad y calidad de células necesarias, cuando se congelan y se guardan\».
Saadia ha subrayado que en España ya se están haciendo ensayos con estas células en animales que están dando buenos resultados, porque ya se ha conseguido crear esmalte dental. \»Conociendo que la mayoría de las maloclusiones pueden desarrollarse en la dentición primaria y mixta temprana, es obligado buscar soluciones sencillas y económicas\».
Julio 14/ 2011 (Diario Médico)