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Investigadores del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, han observado que las mujeres que no duermen sobre su costado izquierdo la última noche del embarazo corren el doble de riesgo de tener un parto con el feto muerto, en comparación con aquellas que sí descansan de esa forma.
Así se desprende de las conclusiones de un estudio que publica el British Medical Journal, BMJ (doi: 10.1136/bmj.d3403) si bien sus autores reconocen que las embarazadas no deberían preocuparse porque ese riesgo es muy pequeño: la posibilidad de que el bebé nazca muerto se da en 3,93 de cada mil niños entre las mamás que no duermen del lado izquierdo, frente a 1,96 de cada mil entre las que sí lo hacen.
Se halló también un vínculo importante entre dormir regularmente durante el día cuando el embarazo ya está avanzado y el riesgo de que el bebé nazca muerto.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año se detectan más de 2,6 millones de partos en los que el feto acaba falleciendo, sobre todo en países en desarrollo, lo que implica que cada día nacen 7200 bebés muertos.
Ante estos datos, el equipo de Stacey entrevistó a 155 mujeres en Auckland que parieron un feto muerto entre julio del 2006 y junio del 2009, cuando tenían por lo menos 28 semanas de gestación, y fueron comparadas con un grupo de control de 310 mujeres con embarazos sin complicaciones.
Los autores preguntaron a las participantes sobre la posición que mantenían mientras dormían durante el último mes de embarazo, la semana de antes y justo la noche anterior al parto.
De este modo, los resultados no mostraron relación entre los ronquidos o la falta de siestas diurnas y el riesgo de parto de bebé muerto en etapa avanzada de gestación, pero se encontró un vínculo significativo entre las siestas diurnas, o dormir más del promedio durante la noche y el riesgo de nacimiento de feto muerto.
Asimismo, las mujeres que habían dormido boca arriba o sobre su costado derecho la última noche de embarazo eran también más proclives a sufrir el parto de bebé muerto, al igual que las que se levantaron durante la noche para ir al baño una sola vez o ninguna, en comparación con las que necesitaron orinar más veces.
Según ha explicado la autora del estudio, Tomasina Stacey, este mayor riesgo puede deberse a una restricción del flujo sanguíneo del bebé cuando la madre se recuesta sobre su espalda o el lado derecho del cuerpo durante períodos largos.
No obstante, la experta indicó que los resultados deben ser confirmados por estudios más amplios y detallados antes de que se establezca una recomendación formal de salud pública.
\»Si se confirmaran los resultados, se conseguiría una forma natural, sencilla y económica de reducir los fallecimientos de los recién nacidos durante al parto\», asegura.
junio 16/2011 (Diario Salud)
Tomasina Stacey, John M D Thompson, Ed A Mitchell, Alec J Ekeroma, Jane M Zuccollo, Lesley M E McCowan. Association between maternal sleep practices and risk of late stillbirth: a case-control study. BMJ, publicado junio 14/2011; 342:d3403.