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El primer transplante de útero será practicado a una mujer sueca cuya donante es su propia madre, anunciaron hoy investigadores de la Universidad de Gotemburgo.
Esta técnica ha sido probada exitosamente en modelos biológicos animales, sin embargo, aplicarla en humanos conlleva riesgos como el rechazo del órgano, y en caso de que esto no se produzca, también es un reto hacer que un embarazo llegue a término.
Los médicos que practicarán esta primer intervención señalan que el transplante será muy complejo por lo inaccesible de la ubicación del útero y los largos vasos sanguíneos que será necesario reconectar.
Será como maniobrar en un embudo, comparó Mats Brannstrom, quien dirigirá el equipo de la Academia de Sahlgrenska, de Gotemburgo, a cargo de la investigación.
La receptora del útero, Sara Ottoson, padece agenesia mugelliana o Síndrome Mayer Rokitansky Kuster Hauser, que se caracteriza por la ausencia de vagina o útero.
Una de cada cinco mil mujeres nace con ese problema, que no afecta la producción de hormonas, e incluso las afectadas pueden ovular con normalidad.
Sara tiene ovarios sanos, por lo que sus óvulos podrán ser fecundados con los espermatozoides de su pareja.
Aunque existe el riesgo de rechazo del útero donado por su madre, Eva, los médicos que estarán a cargo de la operación tienen esperanzas de que todo salga bien.
La intervención quirúrgica tardará seis horas, tres por cada paciente.
En el 2000 se intentó un transplante de matriz en Arabia Saudita, pero tuvo que ser retirada tres meses después porque la paciente presentó complicaciones.
junio 14/2011 (Prensa Latina)
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