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La sequía, mal endémico del oriente africano, tiene en condiciones críticas a un millón 800 mil niños, reveló hoy un funcionario del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).
En mayo pasado las escasas lluvias apenas sirvieron de paliativo a las áreas más afectadas por la sequía en Somalia, el norte de Kenya, el sureste de Etiopía y Yibuti, declaró a la prensa el director regional del ente, El Haj A Syel.
Los más afectados por la situación son casi dos millones de niños menores de cinco años en esos países, sin contar que en otros estados la situación es grave y afecta a más de ocho millones de personas que de una forma u otra dependen de la ayuda externa.
La crisis es más aguda en Somalia, donde el Gobierno Federal de Transición y milicias islámicas se diputan el control del país en una guerra civil en la cual un contingente panafricano de paz resulta impotente ante la virulencia de la pugna por el poder.
Además del hambre y la desnutrición, la sequía ha obligado a miles de niños a desertar de las escuelas para ayudar a sus progenitores a librar algún tipo de sustento, con las implicaciones que ello tiene en el futuro de esos estados.
El funcionario subrayó que a pesar de los esfuerzos mancomunados de la UNICEF y la Cruz Roja, la ayuda internacional es insuficiente y la situación podría derivar en catástrofe.
junio 2/2011 (Prensa Latina).
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