Hace unos años se pensaba que eliminando los focos responsables de la fibrilación auricular se podían controlar dichas arritmias. La evolución de estos pacientes ha puesto de manifiesto que hay que considerar otros factores y que el manejo de la aurícula dañada es imprescindible para poder controlar la enfermedad.

La fibrilación auricular es la arritmia más vieja del mundo y está cambiando de perspectiva, sobre todo en los últimos años. Según Francisco García Cosío, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Getafe, de Madrid, ahora hay que centrarse en tratar la aurícula dañada.

El cardiólogo ha dirigido el XXII Curso de Arritmias y Electrofisiología Clínica, que se ha celebrado en el citado centro, y ha recordado que \»a principios de este siglo empezamos a ver, como consecuencia del envejecimiento poblacional, que la fibrilación auricular era un problema de gran incidencia: cerca del 5% de la población mayor de 65 años padece fibrilación auricular, y por encima de 75 años la cifra supera el 15%\». Durante la década de 1990 se empezó a trabajar con la aurícula y \»en Getafe se marcó una pauta con el tratamiento del flutter auricular, que no es lo mismo que la fibrilación\».

Con las investigaciones en factores epidemiológicos se empezaron a tener resultados a largo plazo de las ablaciones de la fibrilación auricular, \»pero son un poco decepcionantes. Inmediatamente después de la ablación se puede conseguir un éxito del 80%, pero a los cinco años se baja al 50%. Para mantener a los sujetos libres de fibrilación habría que repetir la ablación en un 50%\».

Estos datos indican que la fibrilación auricular no se cura. García Cosío se pregunta por qué ha pasado esto y su respuesta es que \»hemos simplificado demasiado, puesto que hay diversos tipos de fibrilación auricular. Así, en un paciente joven pueden ser unos pequeños focos que se disparan. Sin embargo, en uno de 75 años, hipertenso, obeso y con más factores de riesgo, lo que tiene es una aurícula enferma con focos. Si se eliminan los focos, la lesión permanece en la aurícula.

\»La situación está cambiando y nos hacemos cargo de que la fibrilación auricular es un poco parecida a la enfermedad coronaria, que no es el infarto agudo de miocardio ni aparece de repente, sino que detrás está la ateroesclerosis\». De esta forma, las nuevas líneas de trabajo sugieren que hay que centrarse en la aurícula. \»Nosotros propusimos en un trabajo europeo que la fibrilación auricular es un proceso lento, parecido a la ateroesclerosis, en el que la aurícula se va dañando poco a poco, puesto que se va haciendo más fibrosa y dilatada, hasta que llega un momento en que cualquier cosa la desestabiliza\».

García Cosío ha comentado que el siguiente paso es intentar detener ese proceso, \»pero estamos en fases muy iniciales\». El cambio de actitud viene de la mano de los cambios producidos en el manejo de la fibrilación auricular. \»Ahora hay que valorar sus factores de riesgo, ya que eliminar los focos no es suficiente\».
marzo 17/2011, Diario Médico

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