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Como resultado de las inundaciones y deslizamientos de tierra provocados por las fuertes lluvias, en el estado de Río de Janeiro, según los últimos datos, perecieron 631 personas. Más de 13 000 se han quedado sin techo. Por el número de las víctimas en una superficie relativamente pequeña esta tragedia llegó a ser el desastre natural climático más grave en la historia del mayor país de América del Sur.
En Brasil desde el sábado continúa el luto nacional de tres días. En el estado de Río de Janeiro el luto continuará una semana.
Fueron declaradas zona de cataclismo las montañosas ciudades de Nova Friburgo, Teresópolis, Petrópolis, Bom Jardim, Sao José do Vale do Río Preto, Semidouro y Areal. Allí ha sido introducido el régimen especial por medio año. El gobierno estatal prometió construir en este lapso no menos de 3000 casas para reemplazar a las viviendas destruidas por el fenómeno ambiental.
En todo el territorio de Brasil se efectúa la campaña para reunir las donaciones voluntarias a las víctimas de los deslizamientos de tierra e inundaciones. A la zona del cataclismo se envían medicamentos, alimentos y agua potable. Bomberos efectúan las labores de rescate, les ayudan los militares.
Se les plantea la tarea de desbloquear cuanto antes las carreteras selladas por los aludes y de restablecer en plena medida el suministro de electricidad y la comunicación telefónica.
Río de Janeiro, enero 18/2011 (ITAR-TASS)