Pruebas sanguíneas de la hormona renina, reguladora de la presión, ayudarían a los médicos a decidir qué fármacos deberían tomar sus pacientes para controlar la condición, informaron investigadores. El equipo de expertos señaló que un desajuste entre los medicamentos y las características de los pacientes podría explicar por qué muchas personas no se benefician de los tratamientos antihipertensivos, y añadió que las pruebas para medir los niveles de renina serían útiles.

\»El enfoque único para todos los pacientes debe abandonarse\», dijo el doctor Curt Furberg, de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest, en Carolina del Norte, quien escribió un comentario sobre los estudios publicados en la American Journal of Hypertension.

Actualmente, menos de la mitad de los pacientes obtienen buenos resultados cuando consumen sólo un fármaco para la presión y muchos deben tomar más de uno para mantenerla bajo control.

Furberg manifestó que los investigadores saben desde hace mucho tiempo que los pacientes responden de manera distinta a los diferentes medicamentos contra la hipertensión, aunque esto no se traduce en pruebas y estrategias diferenciadas para ayudar a encontrar los mejores tratamientos para cada uno.

Stephen Turner y colegas de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, hallaron que los análisis de sangre que miden la renina, una hormona producida en el riñón, pueden ayudar a guiar a los médicos en la selección de los fármacos para tratar la hipertensión.

Los pacientes que presentaban altos niveles de renina eran más propensos a responder al beta bloqueador común atenolol, y menos proclives a responder al diurético hidroclorotiazida.

Un equipo dirigido por Michael Alderman, del Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York, halló que algunas personas que toman antihipertensivos presentaban en realidad un aumento en el nivel de lectura superior de la presión. Ese incremento de la presión sistólica era más habitual en las personas con bajos niveles de renina que eran tratadas con un bloqueador del canal de calcio o un inhibidor de la ECA.

Un tercer trabajo, encabezado por Ajay Gupta del Imperial College de Londres, reveló que los negros eran menos propensos que los blancos a responder a los fármacos contra la renina.

Furberg indicó que los resultados sugieren la necesidad de nuevas guías para el tratamiento de la hipertensión, que incorporen pruebas para medir los niveles de renina en los pacientes. Morris Brown, de la Universidad de Cambridge en Gran Bretaña, expresó por su parte en un comentario que quizá sea el momento de considerar la medición de la renina como parte de los controles de rutina sobre la presión arterial.

Chicago, agosto 19/2010 (Reuters)

Para usuarios de Infomed: AJH (Texto completo del artículo científico)

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