Vivir en una ciudad como Edmonton no es bueno para los pulmones, el riesgo también aumenta para el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV), un hallazgo que, según investigadores en Canadá, merece más estudio.
El equipo de Health Canada, dirigido por Paul Villeneuve, halló una mayor incidencia del ACV en los residentes de las zonas con más contaminación en el aire de Edmonton.
Pero al tomar en cuenta los niveles de ingresos, \»el efecto de la contaminación disminuyó y desapareció\», dijo el coautor a Reuters Health.
La exposición al smog en el corto plazo puede aumentar el riesgo de morir por un ACV, pero el equipo escribió en un artículo publicado en la revista Stroke que se desconoce el efecto de la exposición en el largo plazo.
Los investigadores analizaron datos ambientales y de salud poblacional reunidos entre el 2003 y el 2007, en Edmonton, Alberta, una ciudad rodeada de plantas procesadoras de aceite, combustible y carbón.
Los autores identificaron más de 7300 hospitalizaciones por ACV y las cruzaron con los niveles de contaminación del aire. \»Tras considerar las características barriales, como el nivel de ingreso, el riesgo recuperó los niveles promedio\», dijo Villeneuve.
Solo los habitantes de Edmonton en zonas con gran congestión vehicular tenían mayor riesgo de sufrir la enfermedad, pero el smog fue apenas una de varias explicaciones.
\»También podría explicarse por la tendencia poblacional al ACV y la mayor necesidad de acceder a los grandes centros de salud en comparación con las zonas más alejadas y no tan transitadas\», escribieron los autores.
La relación entre la congestión vehicular y el ACV podría influir en las políticas de salud pública, dijo Jiu-Chiuan Chen, de la Escuela de Medicina Keck, de la University of Southern California.
\»Desde una perspectiva de salud pública, los resultados de los estudios sobre los efectos crónicos en la salud tendrán un mayor impacto en las normas ambientales que los estudios sobre las consecuencias en el corto plazo\», dijo Chen, quien no participó en la investigación.
El equipo de Canadá advirtió que los resultados contradicen estudios previos sobre el ACV y hasta otro en el mismo país sobre la posible relación entre la contaminación y la enfermedad cardíaca.
Por lo tanto, instó a interpretar con cuidado los resultados porque \»aún se desconoce\» el origen de las diferencias.
Villeneuve consideró el nuevo estudio como un trabajo de transición y dijo que se están haciendo otros estudios para \»descifrar\» el riesgo real de la exposición de largo plazo a la contaminación ambiental y otros factores de riesgo conocidos del ACV, como el tabaquismo, el sedentarismo y el sobrepeso.
Nueva York, julio 12 (Reuters Health)

julio 13, 2010 | Lic. Aleida Figueroa Silverio | Filed under: Enfermedades Neurológicas, Medio Ambiente, Neurología | Etiquetas: , |

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