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Los estudios genómicos cambiarán la práctica médica al poder predecirse desde el embrión las enfermedades a las que está predispuesto un recién nacido, lo cual ayudará a tomar las medidas preventivas necesarias, sostuvo Leticia Mendoza Martínez.
La investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) refirió que en la actualidad la medicina es el diagnóstico seguido del tratamiento, mientras que la medicina genómica potenciará la predicción seguida de la prevención. Al dictar la conferencia “Proyecto Genoma Humano y Genómica en México: Aspectos Organizacionales, Políticos y Sociales”, la experta aclaró que el impacto de las investigaciones genómicas no es sólo de orden científico, sino también social, jurídico e incluso político.
Por ello, subrayó en un comunicado, en México debe terminarse con los vacíos legales en la materia, monitorear el interés que despiertan tales estudios en los órganos legislativos federales y estatales y medir su repercusión en la opinión pública.
Mendoza Martínez recordó que la primera gran investigación genómica a nivel internacional es el “Proyecto Genoma Humano” (PGH), que iniciado en 1990 bajo el liderazgo de Estados Unidos cuenta con la participación de científicos de varios países, al cual se le asignó en principio un presupuesto de tres billones de dólares.
El PGH se define como un esfuerzo mundial para comprender la organización de los genes en los cromosomas y a su vez la de estos al interior del genoma, lo cual permitiría explicar los procesos de formación de un organismo y sus funciones o el desarrollo de una enfermedad. La primera fase del PGH en México (1999-2000) consistió en la fundación de un compromiso de participación entre distintas instituciones formalizadas como entidades jurídicas, precisó.
En la segunda etapa (2001) se promovieron alianzas estratégicas con el sector privado y organizaciones internacionales, la infraestructura requerida fue construida o adaptada, al tiempo que se procuró el equipo, el material y los recursos humanos necesarios, destacó.
En un tercer momento (2001-2002) fueron definidas las líneas de investigación y se incorporó el personal académico. También dieron comienzo los trabajos de medicina genómica molecular y sus interacciones con sectores de la sociedad mexicana.
En una última fase (2003-2005) México se colocó a la vanguardia de la medicina genómica en América Latina, en menos de cinco años, lo que ha sido posible gracias a la voluntad política, la formación de recursos humanos, la vinculación de la investigación con el Sistema Nacional de Salud y los avances tecnológicos. Su principal testimonio es la creación del Instituto Nacional de Medicina Genómica, puntualizó.
Ciudad de México, junio 10/2010 (Notimex)