Estimular el tacto, el oído, la vista, el gusto y el olfato de los recién nacidos no solo facilitará su aprendizaje primario, sino que le dará al individuo conciencia plena de sí mismo y propiciará relaciones de respeto con los demás.

El jefe de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo del Hospital Infantil de México «Federico Gómez», neurólogo Antonio Rizzoli Córdoba, así lo manifestó en entrevista en el marco del 34 Congreso Nacional de Pediatría.

Explicó que hay un porcentaje significativo de menores con déficits cognitivos, por ejemplo, 4.5 % de los menores de casi cuatro años no saben su nombre ni apellidos y casi 20  %  de quienes tienen dos años no hablan, situaciones que pueden prevenirse con estimulación multisensorial temprana.

Una de las formas más prácticas y baratas de estimular a los bebés es durante el baño, pero no un baño común y corriente, sino incorporarlo a la vida diaria como una especie de ritual.

El especialista recomienda fijar una hora específica para bañar a los bebés, de preferencia antes de dormir, establecer un ambiente con luces tenues, agua a temperatura agradable, jabones con aromas agradables o fragancias para estimular el olfato.

También se debe dar masaje al bebé mientras se le enjabona, mirarlo todo el tiempo a los ojos y hablarle «con claridad, sin diminutivos», resaltó.

Si desde pequeños se les habla a los bebés con claridad, hablarán a la edad que les toca, si no se les habla o sólo se ocupan diminutivos y palabras incompletas o no se les motiva, les costará expresarse, no únicamente en la primaria, sino en etapas posteriores de educación como la universidad, advirtió.

«Si se hace la estimulación multisensorial desde recién nacidos, eventualmente serán personas que puedan ver a los ojos cuando hablen, seguras de sí mismas, capaces de expresar sus ideas de forma clara y puntual, establecer relaciones efectivas con la gente, expresar su afecto y convivir respetando los derechos de los demás».

Estimó que si todos recibiéramos estimulación de ese tipo se reducirían la inseguridad y la violencia, pues la comprensión de uno mismo y de los otros favorecería un espíritu de crecimiento colectivo y disminuiría el egoísmo.

La realidad es que muchos de los problemas que nos cuestan muy caros en etapas adultas, se hubieran resuelto de una forma económica dedicándoles a los niños tiempo y conocimiento en la etapa temprana, consideró el especialista.

julio 30/ 2015 (Notimex).-

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2015 Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

agosto 6, 2015 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Bienestar y Calidad de Vida, Pediatría, Perinatología, Psicología | Etiquetas: |

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