La técnica Alpps aúna dos importantes ventajas en cirugía oncológica hepática: consigue grandes hipertrofias del remanente hepático y en un corto espacio de tiempo.
El cáncer colorrectal es el tumor con que mayor incidencia en España -más de 25 600 casos nuevos anuales- y, en especial, los pacientes con metástasis hepáticas constituyen un gran reto para la salud pública. Los avances en quimioterapia y las técnicas de resección quirúrgica hepática han permitido mejorar los resultados a largo plazo e incrementar las tasas de curación, según se ha puesto de manifiesto en unas jornadas nacionales de actualización en cirugía hepática organizadas por la Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplante del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, de Valencia.

En esta unidad, la tasa de supervivencia es aproximadamente del 55 % a los cinco años tras la cirugía, con una mortalidad quirúrgica menor del 2 %. En el encuentro también se ha hecho hincapié en que el abordaje de estos pacientes debe hacerse desde el prisma de un manejo multidisciplinar, aunque la cirugía sigue siendo el pilar principal.

Según ha explicado a Diario Médico Rafael López Andújar, responsable de la unidad, la resección de estas metástasis hepáticas «se aborda con novedosas estrategias quirúrgicas, como el Alpps (asociación de partición hepática y ligadura de la vena porta en las hepatectomías secuenciales)».

Un avance muy importante en las resecciones hepáticas en los últimos años ha sido la modulación preoperatoriamente del volumen hepático remanente mediante oclusiones portales, asociado o no a resecciones hepáticas muy extensas que deben hacerse de manera secuencial en dos tiempos, y generalmente esperando al menos un mes para que el volumen residual hepático sea suficiente. «La novedosa técnica del Alpps reúne dos grandes ventajas para la cirugía oncológica hepática: consigue grandes hipertrofias del remanente hepático y en un corto espacio de tiempo, lo que permite realizar grandes resecciones hepáticas superiores al 85 % del volumen hepático y en menos de 8-10 días».

Experiencia
Este tipo de cirugía, que es altamente demandante, «lleva implícito que si se quieren obtener buenos resultados con baja morbimortalidad deberemos concentrarla en grupos de trabajo con alta casuística y formación de excelencia en cirugía y trasplante hepático». En el futuro más inmediato y conforme se vaya adquiriendo más experiencia, «deberemos determinar el grupo de pacientes que puede resultar más beneficiado por esta técnica».

En relación al manejo multidisciplinar, ha señalado que uno de los factores que influye de manera determinante en la mejora de los resultados en este tipo de pacientes «es el abordaje del paciente en un comité multidisciplinar integrado por oncólogos, radiólogos de diagnóstico e intervencionistas y cirujanos, entre otras especialidades, y contemplando en cada paciente las mejores posibilidades terapéuticas desde todos los puntos de vista». Según el especialista, se ha demostrado un claro beneficio en la supervivencia de estos pacientes cuando son asistidos con la orientación multidisciplinar desde el momento del diagnóstico.
julio 29/2015(Diario Médico)

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