La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a las células nerviosas del cerebro y de la médula espinal, los cuales son los encargados de controlar el movimiento de los músculos voluntarios.

Se estima que uno de cada diez casos de ELA se debe a un defecto genético, pero se desconoce en la mayoría de los casos la causa, de acuerdo a información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

En la esclerosis lateral amiotrófica, las células nerviosas (neuronas) motoras se desgastan o mueren y ya no pueden enviar mensajes a los músculos.

Con el paso del tiempo, esta situación provoca debilitamiento muscular, espasmos e incapacidad para mover los brazos, las piernas y el cuerpo. La enfermedad empeora lentamente hasta que los músculos en la zona torácica dejan de trabajar, se vuelve difícil o imposible respirar.

Los especialistas consideran que un factor para desarrollar la enfermedad, que afecta alrededor de cinco de cada 100 mil personas en todo el mundo, es tener un familiar que haya padecido esclerosis lateral amiotrófica (ELA)

Los síntomas en la mayoría de los casos se presentan hasta después de los 50 años, pero pueden empezar en personas más jóvenes.

Las personas que padecen esta afección tienen una pérdida de la fuerza muscular y la coordinación que con el tiempo empeora y les hace imposible la realización de actividades rutinarias, como subir escaleras, levantarse de una silla o deglutir.

La debilidad puede afectar primero los brazos o las piernas, o la capacidad de respirar o deglutir. A medida que la enfermedad empeora, más grupos musculares desarrollan problemas.

La esclerosis lateral amiotrófica no afecta la vista, olfato, gusto, oído y tacto. La mayoría de los enfermos son capaces de pensar de manera normal, aunque hay un pequeño número que presenta demencia, lo que provoca problemas con la memoria.

Otro de los síntomas son depresión, dificultad para respirar, deglutir, por lo que enfermos se ahogan con facilidad y babean. También su cabeza se cae debido a la debilidad de los músculos del cuello y se presentan calambres musculares.

El tratamiento de la ELA consiste en medicamentos que ayudan a retardar los síntomas, lo que ayuda a las personas a tener una vida ligeramente más larga.

Debido a que la asfixia es común, los enfermos pueden optar por hacerse colocar una sonda (tubo) en el estómago para la alimentación, lo que se conoce como sonda de gastrostomía.

Con el paso del tiempo, las personas con esclerosis lateral amiotrófica pierden la capacidad de valerse por sí mismos, por lo que la muerte ocurre al cabo de tres a cinco años después del diagnóstico, sin embargo, algunos enfermos viven más tiempo, pero necesitan ayuda para respirar por medio de un respirador artificial u otro dispositivo.

mayo 22/ 2015 (Notimex).-

Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 “Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

 

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