Mucha gente se va a trabajar por las mañanas sin desayunar o habiendo tomado solo un café con leche o similar. Incluso en Estados Unidos, país donde ha sido una tradición tomar un desayuno muy abundante, comparable al almuerzo en otros países, esta costumbre se está perdiendo.

En un estudio anterior (Un desayuno rico en proteínas para evitar comer más de la cuenta por la noche) , el equipo de Heather Leidy, profesora en el Departamento de Nutrición y Fisiología del Ejercicio en la Universidad de Misuri en la ciudad estadounidense de Columbia, determinó que tomar un desayuno rico en proteínas mejora significativamente el control del apetito y reduce el consumo nocturno de alimentos ricos en grasa o azúcar.

Ahora, en un nuevo estudio, Leidy y sus colaboradores han profundizado en ese fenómeno, descubriendo que tomar un desayuno más consistente que un simple café con leche, y en particular desayunar alimentos ricos en proteínas, incrementa en adultos jóvenes los niveles de dopamina, una sustancia química cerebral asociada con la sensación de gratificación, que puede reducir el ansia de comida así como mitigar el riesgo de comer demasiado en las últimas horas de la jornada, cuando ya apenas hay oportunidades de gastar las calorías extra. Conocer a fondo el papel de la dopamina interviniendo en la regulación del apetito podría llevar a mejoras decisivas en la prevención de la obesidad y en su tratamiento.

Se corrobora pues que un desayuno rico en proteínas podría ayudar a combatir la epidemia de obesidad en países como Estados Unidos, en el cual ya hay más de 25 millones de adultos jóvenes con sobrepeso u obesidad.

En la nueva investigación, el equipo de Leidy ha constatado que las personas experimentaban un declive espectacular en su apetencia por alimentos dulces cuando tomaban un desayuno del tipo indicado. Además, los desayunos que eran altos en proteínas también reducían el ansia de comer alimentos con alto contenido de grasas.

Por otro lado, si se saltaban el desayuno, esas ansias continuaban creciendo durante el día, de tal modo que las calorías evitadas por la mañana se consumían más tarde y además aumentadas.

Un desayuno lo bastante abundante, y mejor si es rico en proteínas, es una buena forma de comenzar el día habiendo saciado bien el apetito, de tal modo que eso amortigüe las ansias de darse un atracón durante el día y sobre todo al llegar la noche.

Comer inicia una liberación de dopamina, que estimula una sensación gratificante por la comida. Esta repuesta gratificante es una parte importante del comer porque ayuda a regular el consumo.

Los niveles de dopamina están mermados en individuos que tienen sobrepeso o están obesos, lo que significa que se precisa mucha más estimulación (o comida) para producir en ellos sensaciones de gratificación. Leidy y sus colaboradores vieron efectos similares en quienes que se saltaban los desayunos.

Las personas que participaron en el estudio eran mujeres jóvenes con una edad promedio de 19 años; sin embargo, Leidy considera que sus hallazgos son extrapolables al resto de población adulta
noviembre 18/2014 (NCYT)

Hoertel HA, Will MJ, Leidy HJ.A randomized crossover, pilot study examining the effects of a normal protein vs. high protein breakfast on food cravings and reward signals in overweight/obese «breakfast skipping», late-adolescent girls.Nutr J. 2014 Aug 6;13:80. doi: 10.1186/1475-2891-13-80.

noviembre 24, 2014 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Bienestar y Calidad de Vida, Nutrición | Etiquetas: , , , , |

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