«Ningún hombre es una isla completamente, es un pedazo de continente, una parte del todo», escribió el poeta John Donne en el siglo XVII para referirse a la soledad y la nostalgia.

Algunas personas buscan vivir aisladas, pero pocas eligen estar solas. Y es sencillamente porque no lo vemos como algo bueno.

Varios estudios señalan que la soledad no es sólo un problema de infelicidad. Incide en la mortalidad.

También está asociada con el deterioro de la salud mental y más sorprendentemente a enfermedades cardiovasculares, hipertensión y demencia.

La soledad es un problema de salud pública que debe ser tratado con urgencia, según afirma Laura Ferguson, directora de la organización Campaing to End Loneliness (Campaña para terminar con la soledad) con sede en el Reino Unido, que se encarga de combatir el problema en ese país.

«Se ha encontrado que existe un vínculo con la muerte temprana. El factor de riesgo es similar a fumar y peor que la obesidad».

Llegar a la vejez trae más soledad
Con el crecimiento de la población de adultos mayores se estima que para los próximos años la soledad se puede convertir en un problema más grave.

David McCullough, presidente de la organización Women’s Royal Voluntary Service, que tiene a más de 40 000 voluntarios apoyando a adultos mayores en Reino Unido, asegura que el problema de la soledad se está extendiendo.

«Tratamos a personas desamparadas, mayormente poblaciones de adultos mayores que sufren enfermedades y pérdida de movilidad».

«Cuando les llevamos comida hay mucha de esta gente en la puerta, esperando por nosotros, por una visita de otro ser humano. Es su momento social del día».

Estudios en el Reino Unido llevados a cabo en las últimas décadas muestran de manera consistente que los adultos mayores se sienten solos o muy solos.

Se estima que más de un millón de personas mayores de 65 años siempre dice sentirse sola.

La organización Campaing to End Loneliness indica que la mitad de todos los adultos mayores, unos 5 millones, afirman que la televisión es su principal compañía.

El 10 % de estas cifras ha permanecido estable en los últimos 60 años.

La profesora Christina Victor, de la Universidad Brunel, quien ha realizado una gran cantidad de investigaciones ligadas a la soledad al final de la vida, dice que los datos sobre la soledad y los problemas de salud son muy sorprendentes.

«No hay evidencia alguna de que el problema de la soledad es más grave ahora que en años anteriores, a pesar de los cambios que ha experimentado la familia y el hecho de que ahora mucha más gente vive sola», dice Victor, pero añade que reducir el problema de la soledad definitivamente tendrá un efecto beneficioso para la salud.

«El principal factor que asegura una buena calidad de vida es tener relaciones sociales».

Sin embargo, la soledad no solo afecta a personas mayores de 65 años. También incide en jóvenes entre los 18 y los 24 años.

Mientras la soledad en los adultos mayores puede generarse por problemas de salud o la pérdida de la pareja, en el caso de los jóvenes se puede producir a consecuencia de la pérdida del empleo, irse de la casa o tener un bebé.

«La soledad es la diferencia que existe entre el deseo de contactar a la gente y las relaciones que en realidad uno tiene», afirma la profesora Vanessa Burholt, del Centre of Innovative Ageing de la Universidad Swansea.

«Esto explica el porqué algunas personas con muchas amistades se sienten solas. Es algo subjetivo».

Herramientas
Los estudios de la profesora Burholt sobre las formas en que la gente termina viviendo en soledad sugieren que nuestro ambiente y salud mental pueden impactar las percepciones en las relaciones sociales.

«A las personas que sufren de depresión se les hace más duro cambiar su percepción a nivel personal acerca de las relaciones que necesitan. Además no tienen la capacidad de ajustarse».

El ministro de Servicios de Salud del Reino Unido, Paul Burstow, dice que la sociedad necesita enfrentar este problema.

«La soledad puede dejar un impacto muy significativo en la salud de las personas y a diferencia de riegos como el alcoholismo y la obesidad, la soledad no está siendo tratada».

Las buenas noticias son que las personas pueden recuperarse del problema que genera la soledad, no es una condición de por vida. La gente tiende a seguir adelante y salir de la soledad en diferentes etapas de su vida.

Servicios que ofrecen amistades pueden funcionar en ciertos adultos mayores que sufren de soledad, mientras que una simple amistad con el vecino o con un voluntario local también puede servir.

Personas con depresión requieren un enfoque distinto, como la terapia de conducta, dice la profesora Burholt.

Sería una equivocación pensar que todos los adultos mayores sufren de soledad.

«La vida tiene altos y bajos» agrega.

«Constantemente sopesamos qué recursos sociales tenemos y analizamos si nos sentimos solos o no», concluye.
julio/31/2012 (Diario Salud)

agosto 13, 2012 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Geriatría, Psicología | Etiquetas: , , |

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