Un análisis retrospectivo de los datos de pacientes del estudio COPDGene sugiere que actuar sobre los tapones mucosos podría ayudar a prevenir las muertes por enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la cuarta causa de muerte en Estados Unidos.

Muchos pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) sufren tapones mucosos que obstruyen las vías respiratorias, una acumulación de mucosidad en los pulmones que puede afectar a la calidad de vida y al funcionamiento pulmonar. Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Brigham and Women’s Hospital, miembro fundador del sistema sanitario Mass General Brigham, ha descubierto que los tapones mucosos también se asocian a una mayor mortalidad. Los hallazgos, publicados en JAMA y presentados simultáneamente en la Conferencia Internacional 2023 de la Sociedad Torácica Americana, podrían ayudar a los médicos a reducir el número de muertes por EPOC, que es una de las enfermedades respiratorias más comunes y mortales.

«Como una enfermedad crónica, la EPOC no se puede curar, pero nuestros hallazgos sugieren que el uso de terapias para romper estos tapones de moco podría ayudar a mejorar los resultados para los pacientes con EPOC, que es la mejor cosa siguiente», dijo el autor correspondiente Alejandro A. Díaz, MD MPH, un científico asociado en la División de Medicina Pulmonar y de Cuidados Críticos en el Brigham. «El moco es algo sobre lo que ya sabemos mucho desde el punto de vista de la ciencia básica, y también hay un montón de terapias dirigidas al moco que ya existen o están en desarrollo para otras enfermedades, por lo que es un objetivo muy prometedor.»

La EPOC afecta a 15,9 millones de personas en Estados Unidos y es la cuarta causa de muerte. En la mayoría de los casos es consecuencia del consumo de tabaco o de la exposición prolongada a contaminantes atmosféricos. La progresión de la EPOC puede ralentizarse eliminando la exposición a estos contaminantes, pero no hay forma de curar la enfermedad. Y el enfoque terapéutico estándar de la EPOC no ha cambiado prácticamente en muchos años.

«Durante las últimas cuatro décadas, sólo hemos tenido dos objetivos para las terapias de la EPOC: promover la dilatación bronquial, lo que significa ensanchar las vías respiratorias, o reducir la inflamación bronquial», explica Díaz. «Esto nos dice que podemos hacer más de lo que pensábamos».

El estudio actual fue un análisis observacional retrospectivo de los datos del estudio Genetic Epidemiology of COPD (COPDGene), un estudio clínico a gran escala cuyo objetivo era investigar los factores de riesgo genéticos subyacentes de la EPOC. El estudio contó con más de 10.000 participantes, reclutados entre 2007 y 2011, e incluyó a personas con EPOC en diferentes estadios, desde el más leve al más grave.

Para este nuevo estudio observacional, los investigadores analizaron los datos de más de 4.000 de estos pacientes. Para determinar qué pacientes tenían tapones mucosos, los investigadores analizaron las tomografías computarizadas de tórax de los pacientes, tomadas en su primera visita a la clínica. La realización de TC a todos los pacientes, independientemente de los síntomas que declararan, permitió a los investigadores detectar tapones mucosos incluso en pacientes que no se sentían enfermos.

«La creación de mucosidad es una parte normal de la respuesta inmunitaria del organismo, pero normalmente la expulsamos al toser a medida que mejoramos», explica Díaz. «La EPOC hace que el cuerpo produzca demasiada mucosidad y dificulta su eliminación, por lo que acabas teniendo estos tapones de mucosidad que no están fuertemente correlacionados con ningún síntoma específico y pueden pasar desapercibidos».

Los investigadores descubrieron que, a lo largo del estudio, la tasa de mortalidad de los pacientes con EPOC sin tapones mucosos detectables era del 34 por ciento. En el caso de los pacientes con tapones mucosos en hasta dos segmentos pulmonares, la tasa de mortalidad aumentó hasta el 46,7%. En los pacientes con tapones en tres o más segmentos pulmonares, la tasa de mortalidad fue del 54,1%.

«Los datos muestran una asociación convincente entre la acumulación de estos tapones de moco y la mortalidad global, pero aún no sabemos nada sobre lo que la impulsa», añade Díaz.

Dado que la mucosidad es una diana terapéutica conocida para otras enfermedades, los investigadores tienen previsto ensayar las terapias existentes dirigidas a la mucosidad en personas con EPOC para determinar si el tratamiento de los tapones de mucosidad podría tener un impacto positivo en los resultados de los pacientes.

Mientras tanto, la investigación demuestra que hay factores que afectan a la mortalidad de la EPOC de los que aún sabemos poco, y que no todos estos factores se manifestarán necesariamente como síntomas para el paciente.

«El hecho de que estos tapones mucosos se asociaran a la mortalidad en las distintas fases de la enfermedad nos indica que hay aspectos de la progresión de la EPOC que pueden detectarse en un TAC aunque el paciente no los perciba», afirma Díaz. «No es tan sencillo como para decir que todas las personas con EPOC tienen que salir corriendo a hacerse un TAC mañana mismo, pero es algo que los clínicos deben tener en cuenta cuando trabajan con sus pacientes».

 

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