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La obesidad ha alcanzado globalmente la proporción de una epidemia, afectando aproximadamente a 600 millones de personas en todo el mundo e incrementando notablemente el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, cáncer y diabetes tipo 2. Desde la década de 1940, han estado creciendo paulatinamente las evidencias que apoyan el vínculo entre la obesidad y las enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Pero en los años 70 y 80, algunos expertos empezaron a cuestionar hasta qué punto la obesidad incrementa el riesgo de tales trastornos. Varios estudios posteriores, a finales de los 90 y principios de la década del 2000 mostraron que algunas personas obesas muestran un perfil cardiovascular y metabólico relativamente sano. Read more