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La incidencia del cáncer colorrectal sigue en aumento en ambos sexos, y, de forma preocupante, entre la población menor de 50 años. Los programas de cribado han contribuido a una detección del cáncer en sus fases más incipientes, no obstante, un número nada desdeñable de pacientes se diagnostica con la enfermedad avanzada.
Según DM Elena Élez, jefa del Grupo de Cáncer Colorrectal del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y oncóloga médica en el Hospital Universitario Vall d’Hebron, en Barcelona “la terapia dirigida es bastante limitada en el cáncer colorrectal, y en la inmensa mayoría de pacientes se utilizan dos líneas de tratamiento. Por tanto, hay una cantidad reseñable de pacientes con cáncer colorrectal metastásico refractario”.
Un nuevo esquema de tratamiento vendría a reforzar el abordaje de estos pacientes. La combinación se ha analizado en el estudio Sunlight, un ensayo clínico multicéntrico internacional de fase III coordinado por Josep Tabernero, director del VHIO, y liderado en el Hospital Universitari Vall d’Hebron por Elena Élez.
El nuevo esquema
El ensayo demuestra que sumar trifluridina/tipiracilo más bevacizumab mejora la supervivencia en pacientes con cáncer de colon metastásico tratados con dos regímenes de quimioterapia estándar, respecto a los pacientes tratados únicamente con trifluridina/tipiracilo, “una opción de acceso variable en España”, asociada a características clínicas de los pacientes, que en determinadas comunidades autónomas se indica en enfermos que cumplen criterios de buen pronóstico.
Por otra parte, el anticuerpo monoclonal antiangiogénico bevacizumab se administra en combinación en primera y segunda línea de tratamiento, pero “hasta ahora no existía ningún estudio que demostrase su eficacia en la enfermedad refractaria”, recuerda la especialista.
Los resultados definitivos del estudio Sunlight que respaldan esta nueva opción de tratamiento combinado para pacientes de cáncer colorrectal metastático refractario a las terapias estándar, se publican en el número de esta semana de la revista The New England Journal of Medicine. Además, se presentarán los datos en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO), el próximo junio en Chicago, tras el avance ya expuesto en la reunión sobre Tumores Gastrointestinales de la ASCO el pasado enero.
“Los resultados del estudio Sunlight podrían representar un avance significativo en el tratamiento de los pacientes con cáncer colorrectal metastásico que han progresado después de dos tratamientos de quimioterapia estándar”, afirma Josep Tabernero, jefe del Servicio de Oncología médica del Hospital Universitari Vall d’Hebron que ha dirigido este estudio clínico.
En total, se reclutaron a 492 pacientes con cáncer colorrectal metastásico que habían recibido dos regímenes de quimioterapia estándar. A la mitad de los enfermos se les trató con trifluridina/tipiracilo más bevacizumab y a la otra mitad con la monoterapia de trifluridina/tipiracilo.
Los enfermos que recibieron la combinación terapéutica alcanzaron una supervivencia global media de 10,8 meses tras el inicio del abordaje frente a los 7,5 meses de los pacientes que solo recibieron los citotóxicos. También se observaron mejoras significativas en la supervivencia sin progresión que pasó de 2,4 meses con el tratamiento estándar a 5,6 meses en el nuevo esquema.
“El estudio es clínicamente relevante, porque logramos superar la eficacia de la quimioterapia (trifluridina/tipiracilo) en monoterapia al asociarla al antiangiogénico bevacizumab. Es una combinación muy bien tolerada que duplica los beneficios de lo que se considera el tratamiento estándar. Es un paso adelante muy importante porque tenemos a muchos enfermos en esta situación. Además, el tratamiento preserva la calidad de vida de los pacientes”. De hecho, aumentó el tiempo que pasa hasta que el estado de salud del paciente y su calidad de vida se deterioran. Medido con la escala de ECOG (0-4), se observó que los pacientes tratados con trifluridina/tipiracilo más bevacizumab presentaban un deterioro clínico categorizado de ECOG 2 a los 9,3 meses frente a los 6,3 meses en el caso de los que reicibieron monoterapia.
Elena Élez añade que el tratamiento quimioterápico se administra por vía oral, como pastillas, y el anticuerpo monoclonal bevacizumab requiere una administración endovenosa cada dos semanas, “lo que reduce la necesidad de visitas al hospital”.
En cualquier perfil molecular
“Estas mejoras se observaron en todos los subgrupos de pacientes independientemente de la lateralidad o el perfil molecular del tumor” explica Tabernero, “lo que indica que Trifluridine/tipiracil más bevacizumab es una opción para todos los subgrupos clínicamente relevantes”.
Por ello, el tratamiento, apunta Elena Élez, “no necesita de un biomarcador molecular; los pacientes pueden responder igual independientemente de su tipo de tumor. Además, el beneficio obtenido de este nuevo esquema no está limitado a los pacientes de buen pronóstico, algo que puede abarcar una proporción mayor de pacientes, y que es de esperar que contribuya a una mayor y más equitativa accesibilidad”.
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