La administración de terapia con ultrasonido modula la actividad nerviosa y contribuye en el tratamiento de la artritis inflamatoria y de la hiperglucemia en modelos roedores, según concluyen dos estudios que se publican esta semana en Nature Communications. Ambos trabajos sugieren que este enfoque no farmacológico y no invasivo podría usarse en un futuro para tratar trastornos inflamatorios y metabólicos.
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Dos puntuaciones, una simple y otra exhaustiva, pueden predecir la artritis inflamatoria en personas que ya presentan un riesgo elevado de padecer estas afecciones relacionadas con el sistema inmunitario, según una nueva investigación realizada en Inglaterra.[1]
Si se valida en otros estudios, una nueva puntuación sencilla que utilice biomarcadores comunes podría ayudar a identificar a las personas que pueden tratarse en atención primaria, así como a los pacientes de mayor riesgo que deben derivarse a un reumatólogo.
Los investigadores diseñaron una segunda puntuación global que añadía la genética y la ecografía como herramienta para identificar a los pacientes con mayor riesgo de artritis inflamatoria para estudios de intervención y para guiar el seguimiento clínico y la atención por parte de los especialistas.
Si bien se dispone de marcadores sanguíneos y síntomas tempranos en los pacientes que pueden indicar un mayor riesgo de artritis inflamatoria, «aún no sabemos qué hacer con esas personas», afirmó el Dr. Kevin Deane, profesor asociado de medicina y jefe de investigación reumatológica en el Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado, en Aurora.
«Comprender cómo evaluar a estas personas y predecir quién va a desarrollar una artritis inflamatoria generalizada que deberíamos tratar es muy beneficioso para este campo», afirmó el Dr. Deane, quien no participó en la investigación, pero revisó un primer borrador del artículo.
Para el estudio, los investigadores reclutaron a 455 participantes entre junio de 2008 y noviembre de 2021, principalmente a través de la Red de Investigación Clínica de Atención Primaria del Reino Unido. Todos los individuos presentaban nuevos síntomas musculoesqueléticos, una prueba positiva de anticuerpos contra la proteína anticitrulinada (anti-CCP) y no tenían sinovitis sintomática.
Los investigadores seleccionaron la positividad de anticuerpos contra la proteína anticitrulinada porque estos se asocian a un fenotipo de artritis más agresivo. En los ensayos de intervención también se ha observado que los individuos con estos anticuerpos son los que mejor responden al tratamiento antirreumático modificador de la enfermedad antes de la aparición de la artritis inflamatoria. Se realizó un seguimiento de los pacientes durante al menos 48 semanas o hasta el diagnóstico de artritis inflamatoria.
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