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¿Qué proporción de la propagación de la COVID-19 está asociada con los pacientes sin síntomas? La revista JAMA Network Open recoge un modelo analítico que apunta cómo la transmisión de las personas asintomáticas representa más de la mitad de todos los casos.
A medida que la COVID-19 comenzó a propagarse en el mundo los científicos observaron que, a diferencia del coronavirus causante del brote de 2003, el contagio del SARS-CoV-2 no podía contenerse mediante la detección basada únicamente en los síntomas.
Según las publicaciones científicas de la época, en el SARS-CoV de 2003 las infecciones asintomáticas y clínicamente leves eran poco comunes. Además, no se comunicaron casos de transmisión antes de la aparición de los síntomas. Sin embargo, el nuevo coronavirus se propagó más rápidamente que el anterior y las pruebas han demostrado que sí se transmite de personas sin síntomas.
La identificación y el aislamiento solamente de los individuos con síntomas de la COVID-19 no conseguirán controlar la propagación actual de la pandemia, concluyen los autores.
Lo que falta por conocer con exactitud es la proporción de contagios de la COVID-19 asociada con estos pacientes. La revista JAMA Network Open, publica una investigación que apunta cómo la transmisión de las personas sin síntomas representa más de la mitad de todos los casos.
Sus autores, científicos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta (Estados Unidos), afirman que la identificación y el aislamiento solamente de los individuos con la COVID-19 sintomático no conseguirán controlar la propagación actual del SARS-CoV-2.
“La detección basada en los síntomas por sí sola nunca controlará la propagación. La mitigación en la comunidad mediante el uso de mascarillas cuando se está fuera de la casa, evitando las multitudes y manteniendo la distancia de los demás debe ser implementada por todos hasta que se puedan alcanzar altos niveles de inmunidad poblacional mediante el uso de vacunas seguras y efectivas”, explica Jay C. Butler, uno de los autores.
La transmisión por parte de personas infectadas, pero que no presentan ningún síntoma puede surgir de dos estados de infección diferentes: individuos pre sintomáticos (que son infecciosos antes de desarrollar síntomas) e individuos que nunca experimentan síntomas (infecciones asintomáticas o nunca sintomáticas).
Los expertos analizaron la cantidad relativa de contagio de pacientes pre sintomáticos, nunca sintomáticos y sintomáticos en distintos escenarios en los que la proporción de transmisión de personas que nunca desarrollan síntomas (es decir, permanecen asintomáticas) y el período infeccioso variaron según las mejores estimaciones publicadas.
La importancia de las personas sin síntomas
La hipótesis de base del modelo fue que la capacidad de infección máxima se produce en la mediana de la aparición de los síntomas, que el 30 % de los individuos con infección nunca desarrollan síntomas y que el 75 % son tan infecciosos como los que sí desarrollan síntomas. Combinados, estos supuestos de base implican que las personas con infección que nunca desarrollan síntomas pueden representar aproximadamente el 24 % de toda la transmisión.
Así, los resultados muestran cómo el 59 % de toda la transmisión proviene de la transmisión asintomática, según el escenario de referencia del modelo. Por otro lado, el 35 % de los nuevos casos proceden de personas que infectan a otras antes de mostrar síntomas (individuos pre sintomáticos); y el 24 %, de personas que nunca desarrollan síntomas.
La transmisión por parte de personas infectadas, pero que no presentan ningún síntoma puede surgir de los individuos pre sintomáticos (que son infecciosos antes de desarrollar síntomas) y los asintomáticos
“Bajo una amplia gama de valores para cada uno de estos supuestos, se estima que al menos el 50 % de las nuevas infecciones por SARS-CoV-2 se originaron por exposición a individuos con infección, pero sin síntomas”, exponen los científicos de los CDC.
Los autores aseguran que, además de la identificación y el aislamiento de las personas con la COVID-19 sintomático, para controlar eficazmente la propagación será necesario reducir el riesgo de transmisión de las personas infectadas que no presentan síntomas.
“Medidas como el uso de mascarillas, la higiene de las manos, el distanciamiento social y las pruebas estratégicas de las personas que no están enfermas seguirán siendo fundamentales para frenar la propagación de la enfermedad hasta que se disponga de vacunas seguras y eficaces y que estas se utilicen ampliamente”, concluyen.
Referencia:
Butler J.C. et al.: SARS-CoV-2 Transmission From People Without COVID-19 Symptoms. JAMA Netw Open 2021;4(1):e2035057. doi:10.1001/jamanetworkopen.2020.35057