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En el transcurso del congreso anual del Colegio Estadounidense de Reumatología han sido presentados los resultados del estudio SCOT, que pone de manifiesto la ventaja del trasplante de células hematopoyéticas frente a la ciclofosfamida (CFA) en el tratamiento de la esclerodermia severo.
Keith Sullivan, investigador del estudio, afirma que 11 años después de la aleatorización el 88 y el 53 % de los pacientes asignados a los respectivos grupos seguían vivos.
Los participantes en este estudio presentaban ya al inicio afectación de órganos internos, con enfermedad pulmonar en el 92 % de los casos y valores ventilatorios inferiores al 70 % de los predichos. De un total de 75 pacientes la mitad fue sujeta a trasplante autólogo mieloablativo de células CD34+, mientras que la otra mitad recibió una infusión anual de CFA.
Salvo las excepciones marcadas en el protocolo, no se utilizaron antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs). En el periodo comprendido entre los 6 y 11 años posaleatorización, el número de fallos orgánicos fue 3 veces mayor en el grupo tratado con CFA. El trasplante y la CFA se asociaron, respectivamente, a ganancia y pérdida de peso, prosigue Sullivan. También se constató ventaja del trasplante en términos de actividad funcional, que fue normal en el 92 %, frente al 61 % con CFA.
En este último grupo solo el 33 % pudo desarrollar un empleo a tiempo parcial o completo, en contraste con el 56 % en el grupo trasplantado. Sullivan indica que uno de los hallazgos más importantes del estudio es la constatación de que el 92 % de los trasplantados pudieron prescindir de DMARDs, frente al 61 % de los tratados con CFA.
enero 20/2019 (immedicohospitalario.es)