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Investigadores suizos del Instituto Friedrich Miescher y franceses del Instituto de la Vista lograron, utilizando una técnica de terapia génica, devolver la vista a ratones que padecían retinitis pigmentosa, enfermedad genética que en la actualidad no tiene cura.La retinitis pigmentosa se traduce por una degeneración progresiva de los fotorreceptores, las células del ojo que convierten la luz en impulsos nerviosos, luego tratados por la retina y enviados al cerebro por las fibras nerviosas.
La enfermedad conduce primero a la degeneración de los fotorreceptores responsables de la visión nocturna, bastones, y luego los responsables de la visión diurna, conos.
Pero mientras que la enfermedad destruye los bastones, los conos sobreviven en el organismo, incluso después de la ceguera.
Los investigadores, cuyos trabajos fueron publicados en la revista estadounidense Science, desarrollaron una terapia génica para reactivar los conos.
Introdujeron en los ratones afectados por retinitis pigmentosa una proteína capaz de conferir a los conos una nueva sensibilidad a la luz y volver a estimular las vías de transmisión de información visual.
Lograron intervenir en un momento en que los conos conservan ciertas propiedades eléctricas y sus conexiones con las neuronas de la retina que transmiten normalmente información visual al cerebro.
Los resultados fueron confirmados en retinas humanas en cultivo y el equipo dirigido por José-Alain Sahel, del Instituto de la Vista de París, ya determinó el tipo de paciente que podría beneficiarse con esta terapia. Los investigadores recuerdan sin embargo que pasar el tratamiento de un ratón a un ser humano comprende siempre algunos riesgos.
El Instituto de la Vista realiza además investigaciones sobre una proteína capaz de proteger la actividad de los conos (proteína RdCVF).
Las retinopatías pigmentosas afectan a un millón y medio de personas en el mundo.
París, junio 27/2010 (AFP)