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El duelo es la respuesta que toda persona tiene frente a unas determinadas situaciones dolorosas. Por lo general está directamente relacionado con la pérdida de un ser querido, la muerte de un familiar o amigo. Se trata de situaciones muy emocionalmente difíciles y hasta retadoras que cambian radicalmente el enfoque que tenemos de la realidad. Por toda la carga que conlleva asimilar una pérdida repentina -e incluso si no lo es-, si este tipo de situaciones no son llevadas correctamente, pueden dejarnos cicatrices profundas que pueden afectar nuestra manera de concebir el mundo de forma muy grave.
Ante esta situación es necesario balancear las gestiones propias de un fallecimiento con los problemas emocionales que conlleva esta situación. Es recomendable para ello contar con la ayuda psicológica correspondiente y sobre todo, no tener miedo o vergüenza de pedirla si se siente que se necesita. Después de todo, la psicología está para ayudar a sobrellevar aquellas dolencias que no se manifiestan físicamente, y que contrario a la creencia popular, son importantes de tratar pues con la salud emocional, como con la física, no es recomendable jugar.
Entonces, ¿qué hacer cuando nos vemos frente a un fallecimiento repentino que nos causa tristeza? Lo primero y más recomendable es delegar las tareas prácticas en la medida de lo posible. Del protocolo de flores, tanatorios y preparación del velorio pueden encargarse otras personas.
Por otro lado, existen psicólogos especialistas en la gestión del duelo y la tristeza frente a situaciones traumáticas. Cabe destacar que no solo los fallecimientos son motivos de duelo, existen otras situaciones que motivan estas sensaciones: rompimiento de una relación sentimental, ruptura de amistades, problemas de salud importantes, pérdida del trabajo… Por lo general, la situación más común reside en la incapacidad de las personas de asumir la muerte de un ser querido, llevando un duelo muy complejo y nada positivo capaz de generar problemas muy importantes para toda la vida.
Los psicólogos especializados en duelo son capaces de establecer una serie de pautas y rutinas, muy efectivas para llevar un duelo natural de aceptación, capaz de preparar a las personas a continuar con la vida. Así pues en manos de un profesional es posible superar de forma positiva las distintas etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación, un esquema vital básico capaz de ayudar de manera muy eficaz a aquellas personas que tienen problemas en superar la muerte de un ser querido.
julio 20/2017 (noticiasdelaciencia.com)