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En los procesos neurodegenerativos, como las demencias, los esfuerzos terapéuticos se centran en lograr una mejora en la sensación de bienestar y satisfacción percibida por el paciente, es decir, giran en torno a mejorar su calidad de vida. “Para los profesionales de la enfermería, que dispensan cuidados a estos pacientes a lo largo de toda la trayectoria evolutiva de la enfermedad y colaboran con familiares y cuidadores del paciente en su domicilio, es importante conocer qué factores están más directamente relacionados con la percepción de la calidad de vida, para planificar los cuidados que más influyan en ella”. Este ha sido el objetivo de la tesis doctoral de la coordinadora del Grado en Enfermería del CEU en Valencia, Marta Lluesma Vidal, defendida en la Universidad CEU Cardenal Herrera (España), como parte de las investigaciones del proyecto Unidad para la Investigación y el Desarrollo de la Enfermería y la Sociedad (UNIDES).
Para conocer la situación de los pacientes con demencia leve o moderada no hospitalizados, la investigación de la doctora Lluesma se ha realizado sobre un total de 54 personas que son pacientes de centros de día de la Asociación de Familiares de enfermos de alzhéimer (AFAV) de Valencia, Algemesí, Benifaió y Guadassar. “Uno de los objetivos principales de la investigación ha sido identificar los estilos de vida que están relacionados con la percepción de su calidad de vida relacionada con la salud”, señala la doctora Lluesma, coordinadora de Enfermería del CEU.
Según destaca Lluesma, “partimos de la hipótesis de que ser cuidado por una persona con la que se mantiene una relación afectiva hace que la percepción de la calidad de vida sea mejor, es decir, que la figura del cuidador principal influye en la calidad de vida”. Según la investigación de la coordinadora de Enfermería del CEU, “aquellos sujetos que son cuidados por hijos o cónyuges afirman presentar un apoyo alto, por tanto, el apoyo familiar tiene una relación directa en la autopercepción de la calidad de vida en pacientes con demencia leve o moderada”.
Otra de las principales hipótesis de la tesis doctoral de Marta Lluesma, defendida en el CEU-UCH, fue determinar los patrones de Majorie Gordon que más influyen en la calidad de vida de estos pacientes: el nutricional-metabólico, el de actividad-ejercicio, el patrón descanso-sueño y el patrón adaptación-tolerancia al estrés. “Queríamos comprobar que la subjetividad del estado de salud, independientemente del diagnóstico médico, está condicionada por estos factores en las personas con demencia leve o moderada que son cuidados en su domicilio”.
Los resultados de la investigación de la doctora Lluesma indican también que “la calidad de vida autopercibida es mejor valorada por aquellos sujetos cuyo estado nutricional es mejor”. La valoración de la actividad física, relacionada con el patrón actividad-ejercicio, muestra que los sujetos presentan un grado de sedentarismo elevado: “Sin duda, el aumento de edad provoca una disminución de la actividad física, más aún cuando ese aumento etario va asociado a otros factores como la comorbilidad y las consecuentes limitaciones físicas derivadas de otras enfermedades”.
La investigación de la coordinadora de Enfermería del CEU de Valencia también revela que la valoración del patrón sueño-descanso es fundamental para las personas mayores, ya que se documentan alteraciones importantes que repercuten en otros aspectos de su vida. “En el estudio se observa que a peor puntuación en el test de Oviedo realizado para valorar el patrón sueño-descanso, los pacientes presentan una menor puntuación en su calidad de vida, por lo que el sueño afecta a la subjetividad de su estado de salud”, destaca la doctora Lluesma. También el patrón de adaptación-tolerancia al estrés guarda una relación inversa con la autopercepción de la calidad de vida: “A mayor puntuación en el test de Ansiedad y Depresión de Golberg, menor es la calidad de vida autopercibida por los participantes en nuestro estudio”.
La tesis doctoral de la coordinadora de Enfermería del CEU de Valencia, Marta Lluesma, ha sido dirigida por el doctor José Vicente Carmona, profesor del Grado en Enfermería del CEU-UCH, y el doctor Sergio Murgui, del Departamento de Psicología de la UV. La doctora Lluesma forma parte del proyecto de investigación Unidad para la Investigación y el Desarrollo de la Enfermería y la Sociedad (UNIDES), cuyo objetivo es validar la idoneidad de los cuestionarios empleados para valorar al paciente con demencia de forma holística.
Tras esta investigación, la doctora Lluesma continuará su trabajo en este proyecto analizando la relación entre la figura del cuidador principal y el “bienestar emocional” de los pacientes, que ha sido escasamente estudiada. “Las investigaciones en este aspecto se han centrado en el bienestar de los cuidadores, pero son necesarios nuevos estudios que analicen el papel que tienen la figura del cuidador principal en la calidad de vida de los pacientes”, concluye la coordinadora del Grado en Enfermería del CEU en Valencia.
mayo 17/2017 (noticiasdelaciencia.com)