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Una nueva investigación sugiere que el riesgo para el corazón debido a la contaminación del aire podría surgir del intestino.
Los autores del estudio han hallado que la exposición a la polución atmosférica causó que unos ratones experimentaran cambios en la composición normal de su población de bacterias en su intestino. Esto produjo una cascada de efectos negativos para la salud: los cambios en las bacterias del intestino promovieron la circulación del colesterol en el torrente sanguíneo, y la mayor presencia de este promovió la formación de placa en las arterias (efecto conocido como ateroesclerosis).
La nueva investigación llevada a cabo por el equipo de Tzung Hsiai, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) de Estados Unidos, proporciona por tanto nueva e inesperada información sobre los efectos perniciosos de la contaminación del aire sobre nuestra salud intestinal-vascular. Si los humanos sufrimos cambios parecidos, la exposición a la polución atmosférica podría posiblemente llevar a la ateroesclerosis y a la enfermedad intestinal inflamatoria.
Estudios epidemiológicos previos han asociado la polución del aire con trastornos gastrointestinales y con enfermedades cardiovasculares. Esta nueva investigación en ratones es la primera en determinar el mecanismo por el cual esto podría suceder y el vínculo entre ambos tipos de trastornos. Lo hallado sugiere que los problemas gastrointestinales y cardiovasculares no están separados sino que más bien están interrelacionados; el daño a las arterias podría ser debido a cambios nocivos en la población bacteriana del intestino.
El nuevo estudio sugiere que el riesgo de la contaminación atmosférica para el corazón podría proceder del intestino.
El siguiente paso en esta línea de investigación será examinar más de cerca cómo composiciones diferentes de poblaciones bacterianas intestinales podrían afectar a los resultados de la exposición posterior a aire contaminado. Averiguarlo podría aportar información reveladora sobre los efectos de los antibióticos al eliminar ciertas bacterias intestinales.
marzo 7/2017 (noticiasdelaciencia.com)
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