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Un equipo de investigadores del National Institute of Health, de Estados Unidos, ha descubierto una relación entre el peso excesivo de los progenitores y cierto retraso en el desarrollo de sus hijos.
Un estudio realizado por el National Institute of Health (NIH) y que se publica en Pediatrics revela que los hijos de padres con obesidad tendrían un mayor riesgo de retraso en el desarrollo. Aunque aún no se sabe por qué se da esta circunstancia, los autores del estudio apuntan que en modelos animales las madres con obesidad durante el embarazo tienden a sufrir inflamaciones que pueden afectar al cerebro del feto y que la obesidad en los padres puede afectar a la expresión de los genes en el esperma.
«Los estudios anteriores desarrollados en los Estados Unidos se habían centrado en el peso de la madre anterior al embarazo», ha dicho Edwina Yeung, principal autora del estudio. «Nuestra investigación incluye información de los padres varones que, según los resultados, su peso también tendría una influencia significativa en el desarrollo del hijo».
Los autores del estudio utilizaron información recopilada del estudio Upstate KIDS que originalmente fue diseñado para determinar si los tratamientos de fertilidad pueden afectar al desarrollo de los hijos desde el nacimiento hasta que cumplen los tres años. Para este estudio las madres participantes facilitaron información sobre su salud y peso antes y después del embarazo.
Comparados con los hijos de madres con peso normal, los hijos de madres con obesidad eran un 70 por ciento más propensos a suspender pruebas de psicomotricidad fina a la edad de tres años. Los hijos de padres obesos suspendían las pruebas de interacción social en un 75 por ciento más que los niños nacidos de padres con un peso normal. Finalmente observaron que los hijos de una pareja con obesidad fallaban tres veces más en los test de resolución de problemas con tres años.
enero 8/2017 (diariomedico.com)