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Desde octubre de 2010 Haití sufre una epidemia de cólera responsable de más de nueve mil muertes, emergencia de salud que Naciones Unidas está decidida a resolver con el apoyo de la comunidad internacional y el protagonismo de las autoridades locales. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), suman más de 770 mil los casos sospechosos de contraer la enfermedad diarreica aguda, que puede causar la muerte en horas sin el tratamiento apropiado.
El 1 de diciembre, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, lanzó una estrategia para derrotar el peligroso padecimiento, después de ofrecer disculpas a los haitianos por su devastador impacto y los insuficientes esfuerzos de la organización para enfrentarlo.
‘Quisiera decirlo claramente, queremos disculparnos con el pueblo haitiano, porque simple y sencillamente no hemos hecho lo suficiente, lamentamos mucho nuestra actuación’, dijo entonces en lengua criolla (creole), durante una sesión especial de la Asamblea General.
En entrevista con Prensa Latina, el experto en salud y desarrollo David Nabarro precisó que la meta inicial es tener bajo control el cólera para 2018 en el país caribeño, donde los problemas de acceso al agua potable y la inexistencia de las condiciones de sanidad apropiadas potencian el riesgo de infección.
Nabarro destacó la nueva estrategia, dirigida no solo a eliminar la enfermedad, sino a garantizar que la pequeña nación esté en condiciones para 2030 de prevenir y enfrentar eventuales emergencias de salud, a partir de un pleno acceso por sus habitantes al agua limpia, la sanidad y la asistencia médica.
‘Se trata de aspiraciones ambiciosas, cuyo éxito depende de la disponibilidad de los fondos necesarios, unos 400 millones de dólares, que no es mucho dinero’, comentó el médico británico, reconocido por su papel coordinador en 2014 y 2015 de la participación de la ONU en el combate a la epidemia de ébola en África Occidental.
El experto fue designado por el Secretario General para desempeñar igual función en la lucha contra el cólera en Haití, una responsabilidad que -asegura- asumió con mucha pasión.
LOS DESAFÍOS
Sin dudas resulta una tarea bien compleja derrotar el cólera en un país azotado por la pobreza y víctima de destructivos desastres naturales, como el terremoto de 2010 y el huracán Matthew, en octubre de 2016.
De acuerdo con Nabarro, la disponibilidad de los recursos financieros representa la principal prioridad de su trabajo en los meses iniciales de la ejecución de la estrategia.
A partir de la existencia de los fondos necesarios, se avanzaría en tres tareas fundamentales: la respuesta de salud para controlar y acabar la enfermedad, mejorar el acceso al agua y las condiciones sanitarias, y ayudar en cada comunidad a las personas afectadas, explicó.
Según señaló, el gobierno de Haití desempeñará en la nueva estrategia el rol central en cada uno de sus aspectos, apoyado por las Naciones Unidas.
El país caribeño enfrenta grandes retos en materia de estabilidad política y socio-económica, que demandan un diálogo nacional inclusivo y el abandono de las posturas individualistas y sectarias, en aras del consenso y el progreso, posiciones a las cuales llamó a finales de diciembre el primer ministro, Enex Jean Charles.
Por supuesto que el escenario político y la legislación son elementos importantes a considerar, por lo que estamos en estrecho contacto con las autoridades, advirtió Nabarro.
Para el experimentado funcionario, la conjugación de cuestiones como el papel del gobierno haitiano, el respaldo internacional y el compromiso de la ONU, constituyen la fórmula para derrotar al cólera y dotar al país de condiciones que le permitan prevenir y enfrentar futuras emergencias de salud.
A propósito del aporte de Naciones Unidas, resaltó las disculpas ofrecidas por el Secretario General por los errores de la organización en la respuesta a la epidemia surgida en 2010.
Tienen un carácter sincero y esperamos que ayuden a multiplicar los esfuerzos conjuntos para vencer a la enfermedad, subrayó.
En los últimos años, las relaciones entre la ONU y el pueblo haitiano han pasado por momentos complejos, en buena medida por el resultado de investigaciones que atribuyen el surgimiento del brote responsable de más de nueve mil fallecidos a residuos fecales vertidos por cascos azules nepalíes en un río.
Grupos de víctimas de la epidemia han presentado demandas ante tribunales, pero la organización ha apelado a su inmunidad y esgrimido el argumento de que no puede cargar con toda la responsabilidad.
La disculpa ofrecida y reiterada por Ban busca mejorar el escenario, de cara a la nueva estrategia dirigida a derrotar el cólera.
LOS MÉDICOS CUBANOS
Los médicos cubanos han brindado sus servicios al pueblo haitiano durante casi dos décadas, solidaridad que incluye la lucha contra el cólera.
Nabarro reconoció la labor de los profesionales de la salud de la mayor de las Antillas y aseveró que su aporte será muy importante en las acciones previstas por la ONU para erradicar el brote y avanzar hacia mejores condiciones de sanidad, con la prevención como bandera.
‘Desde que trabajo en temas de desarrollo y salud veo y escucho sobre los galenos cubanos, con frecuencia identificados como miembros del contingente Henry Reeve, y son realmente fantásticos’, afirmó a Prensa Latina.
De acuerdo con el funcionario, esos profesionales merecen el reconocimiento y el homenaje por su labor, en particular por su presencia en Haití.
Los cubanos llevan mucho tiempo en Haití (desde 1998), donde realizan un gran trabajo, sobre todo en las áreas rurales, por lo que son muy valiosos para la recién lanzada nueva estrategia, precisó.
diciembre 29/2016 (PL)
Tomado del boletín de Prensa Latina: Copyright 2016″Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»