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El exceso de peso podría poner a las mujeres en un riesgo más alto de la forma más común de accidente cerebrovascular, el ictus isquémico, pero en un riesgo más bajo de sufrir un ictus hemorrágico.
Concretamente, un estudio británico publicado en Neurology, recogió datos de 1,3 millones de mujeres libres de ictus entre 1996 y 2001, que tenían una edad media de 57 ± 5 años, y las siguió durante una media de 11,7 años. En ese tiempo se produjeron 20 549 casos de ictus y se observó que las tasas de ictus isquémico fueron de un 1 % entre las mujeres obesas y de un 0,7 % entre las mujeres con un peso saludable.
Las tasas de ictus hemorrágico fueron de un 0,4 % entre las mujeres obesas y de un 0,5 % entre las mujeres con un peso saludable.
Según los autores, estos hallazgos se añaden a las crecientes evidencias de que diferentes tipos de ictus tienen distintos perfiles de riesgo. Además, la raza parece desempeñar un papel en la relación entre el peso y el riesgo de ictus.
Para los europeos en general, que principalmente son blancos, el riesgo de ictus isquémico aumenta junto con una mayor obesidad, pero el riesgo de ictus hemorrágico se reduce.
Sin embargo, en población asiática, el riesgo de ambos tipos de ictus parece aumentar con la obesidad.