La desigualdad que afecta a los niños pobres en los países ricos persiste y, en varios casos, las desventajas incluso han aumentado en la última década, según un informe presentado  por Unicef.

El documento analiza la desigualdad en el bienestar infantil en los países ricos y clasifica a 41 estados, entre ellos los de la Unión Europea y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El estudio refleja en general que los ingresos de los hogares que están por debajo de la media han crecido de manera más lenta que los que están en la mitad superior, lo que acentúa la pobreza y privación entre los niños más desfavorecidos.

Sin embargo, Unicef mide la desigualdad entre los niños no sólo en función de los ingresos de sus familias, sino de la educación que reciben, de su salud y de acuerdo al nivel de satisfacción que ellos mismos expresan.

Cada país muestra diferentes evoluciones de acuerdo a esos parámetros, con España y Estados Unidos como los únicos países que muestran mejoras en los cuatro indicadores desde 2002.

El mejor indicador de España es el relativo a la salud, donde se sitúa en el décimo lugar entre los 35 países que han aportado datos para esta clasificación, y además alcanza el puesto 12 de los países con menos desigualdades en educación escolar.

En cuanto a la satisfacción sobre su vida, los niños españoles se posicionan en el puesto 24 de un total de 35 analizados.

Cuando los niños evaluaron la satisfacción en sus vidas en una escala del 1 al 10, la media de todos los países fue de 8, mientras que en España fue del 5,6, según el informe.

En todos los países las chicas de entre 13 y 15 años coincidieron en expresar un nivel de satisfacción menor que el de los varones de la misma edad.

El único indicador en el que España se encuentra en el tercio inferior es el relacionado con la desigualdad de ingresos, donde ocupa la posición 36 entre los 41 países valorados.

También figuran en ese tercio inferior otros países de economías avanzadas, como Canadá, Francia e Italia.

Otro dato relevante es que dos de los países más ricos del mundo, Japón y Estados Unidos, están en el tercio inferior de la clasificación de desigualdad según el ingreso.

En ambos países el ingreso de un hogar que está en el diez por ciento de los más pobres es 40 veces inferior al de la media.

Si se combinan todos los criterios de evaluación, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suiza y Austria ocupan las cinco posiciones primeras, mientras que en las últimas -y en orden ascendente- están Israel, Turquía, Bulgaria e Italia.

Países como Chile y México, que forman parte de la OCDE, no han aportado datos suficientes sobre todos los criterios de análisis.

En el ámbito de la salud, la relación con el estatus socioeconómico es más marcada en términos de actividad física y de hábitos alimentarios, ya que los niños de familias pobres consumen menos frutas y verduras que sus pares.

Tras esta evaluación, los expertos de Unicef reconocieron que el nivel de ingreso y la situación familiar anticipan de manera importante las oportunidades de éxito de un niño.

A medida que las desigualdades de ingresos se acentúan en los países ricos, lo mismo ocurre en términos educativos, de salud y en la satisfacción con sus vidas.

abril 15/  2016 (AFP) – Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2016. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

abril 17, 2016 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Problemas de Salud | Etiquetas: |

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