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La forma en la que nacemos, parto natural o por cesárea y cómo nos alimentamos durante los primeros meses de vida (lactancia materna o fórmula), determinarían nuestra salud futura más de lo que podríamos imaginar.
De acuerdo con especialistas, la composición de los microorganismos intestinales (microbiota intestinal), mismos que tendrán un rol clave en la maduración y estimulación de nuestro sistema inmune, así como en el posible riesgo de desarrollar alergias, se determina desde el momento del nacimiento.
“La microbiota se crea en la primera etapa de la vida: el feto en el útero es estéril y la exposición a los microorganismos empieza en el momento del nacimiento, es decir, al pasar a través del canal vaginal y exponerse a los microbios presentes en el entorno”, precisó en entrevista para Hola Doctor, el Dr. Miguel Ángel Valdovinos Díaz, jefe del laboratorio de motilidad gastrointestinal del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
En el marco del Cuarto Simposio Internacional «Microbiota Intestinal Humana en Salud y Enfermedad», que se realizó en la ciudad de México, el especialista refirió que al atravesar la vagina de la madre, el bebé se va impregnando de una gran cantidad y variedad de microorganismos beneficiosos que comenzarán a colonizar su piel, mucosas y aparato digestivo, mismos que se encargarán de poner a trabajar su sistema inmunitario.
En cambio, en los bebés que nacen por cesárea dicha colonización de microorganismos se ve alterada y tienen una microbiota intestinal diferente (menos diversa), lo que les confiere un mayor riesgo de contraer alergias y enfermedades autoinmunes.
“Es muy importante tener desde el nacimiento una colonización por bacterias que van a permitir formar una microbiota normal a lo largo de la vida. El que el recién nacido se colonice de las bacterias que provienen del canal vaginal e intestinal de la madre, permitirá al sistema inmunológico un desarrollo apropiado”, enfatizó Valdovinos Díaz.
Epidemiológicamente, añadió, se sabe que el porcentaje de personas alérgicas que han nacido por cesárea es mayor y que la cesárea representa un riesgo aumentado para desarrollar la enfermedad.
El especialista comentó que para restaurar la microbiota intestinal en bebés que nacen por cesárea ya se realizan estudios para ver el impacto que tiene exponerlos al fluido vaginal de sus madres de forma artificial. Para ello, se realizan varios ensayos clínicos en los que se coloca una especie de trapo en la vagina de la madre a la hora del parto y una vez que nace el bebé, se le unta el cuerpo con los fluidos.
La leche materna, añadió, también puede favorecer una colonización bacteriana adecuada. Toda vez que si el bebé es amamantado por la madre, le pasará una colonia de bifidobacterias a través de la leche materna que colonizará su intestino.
La microbiota intestinal contiene 100 billones de microorganismos, incluyendo como mínimo mil especies diferentes de bacterias que comprenden más de tres millones de genes, 150 veces más que en el genoma humano. Puede llegar a pesar hasta dos kilogramos, y solo un tercio es común a la mayoría de los seres humanos, mientras que los otros dos tercios son específicos en cada persona.
Según cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, un 4.5 % de niños menores de 18 años presentan alergias a los alimentos, un 10.7 % algún tipo de alergia de la piel y un 16.6 % alergias respiratorias o al polen.
Una alergia es una reacción desproporcionada del sistema inmunitario a una sustancia que es inofensiva para la mayoría de la gente. Pero en una persona alérgica, el sistema inmunitario trata a la sustancia (denominada alérgeno) como un invasor y reacciona de manera inapropiada, provocando síntomas que pueden ir de las molestias leves a problemas que pueden poner en peligro la vida de la persona.
julio 17/2015 (DiarioSalud.net)