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La iluminación artificial típica de nuestros días afecta la fisiología humana, aseveran expertos de los Estados Unidos en un estudio que publicó Noticias de la Ciencia y la Tecnología.
El estudio plantea que el estilo moderno de vida se caracteriza por una notable independencia de la luz natural; la artificial compite con esta durante el día y alumbra también durante las horas nocturnas.
Richard Stevens, del Centro de Salud de la Universidad de Connecticut, en los Estados Unidos, estima que una exposición insuficiente a la solar, y una excesiva a la artificial durante la noche, perturba el ciclo natural de sueño y vigilia del ser humano.
«Es un problema de salud que está emergiendo de manera cada vez más preocupante, y que se ha estado estudiando durante tres décadas», enfatizó.
No obstante, el científico asevera que el alumbrado artificial se puede mejorar; pues una iluminación artificial más adecuada puede reducir estos efectos fisiológicos negativos.
«Para ello, a grandes rasgos, debe reducir el brillo al anochecer, y en la misma franja horaria usar luz rojiza, evitando la luz azul típica de los lectores electrónicos, tabletas y teléfonos inteligentes», comentó.
Esos dispositivos emiten suficiente luz cuando se utilizan de noche como para bloquear la hormona melatonina, inductora del sueño, y alterar el ritmo circadiano del cuerpo, el mecanismo biológico que permite el sueño reparador.
Stevens cree, además, hay cada vez más evidencias de que las repercusiones a largo plazo de esto están conectadas con la obesidad, la diabetes, la depresión, el cáncer de mama y posiblemente otros cánceres.
mayo 10/ 2015 (PL) Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.