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Los médicos que tratan a pacientes con una enfermedad respiratoria grave y progresiva llamada linfangioleiomiomatosis (LAM) afrontan una terrible decisión terapéutica.
El fármaco sirolimús puede lentificar el avance de la enfermedad y ayudar a aliviar la disnea. Sin embargo, algunos pacientes tarde o temprano necesitan trasplantes pulmonares y el sirolimús puede causar complicaciones potencialmente mortales después del trasplante.
«Es una situación terrible», dijo el neumólogo Dr. Daniel Dilling, director médico de la Clínica de LAM y del Programa de Trasplante Pulmonar del Centro Médico de la Universidad de Loyola.
La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) ha emitido una advertencia de «alarma» en torno a la utilización de sirolimús en pacientes con trasplante pulmonar, al menos cuando se inicia en el tiempo del trasplante. Por consiguiente, muchos pacientes no utilizan el fármaco en pacientes con linfangioleiomiomatosis una vez que entran en la lista de espera para trasplante, ya que no se tiene la certeza respecto a cuándo se llevará a cabo la operación.
Sin embargo, una encuesta entre médicos, un modelo animal y la información en torno a cómo es metabolizado el fármaco parecen indicar que un compuesto similar al sirolimús puede ser una opción en pacientes con linfangioleiomiomatosis, según la conferencia de Dilling durante el 34º Congreso y Sesiones Científicas Anuales de la Sociedad Internacional para Trasplante de Corazón y Pulmón en San Diego, California.
La linfangioleiomiomatosis se presenta casi exclusivamente en las mujeres. Un crecimiento anormal de las células musculares invade los pulmones y tarde o temprano produce obstrucción de las vías respiratorias. Los síntomas consisten en disnea, dolor torácico, tos crónica y neumotórax (colapso del pulmón). A medida que avanza la enfermedad, muchos pacientes necesitaran continuar con oxígeno y en algunos casos serán necesarios los trasplantes pulmonares.
La linfangioleiomiomatosis es infrecuente, pero no tanto como lo que antes se pensaba. Según la Fundación de LAM es posible que hasta 30 000 a 50 000 mujeres en todo el mundo padezcan la enfermedad.
El sirolimús pertenece a la clase de fármacos de la rapamicina que también incluye al everolimús. Según un estudio de 2011 publicado en New England Journal of Medicine (DOI: 10.1056/NEJMoa1100391), el sirolimús en algunos pacientes lentificó el avance de la enfermedad y se acompañó de una reducción de los síntomas y una mejor calidad de vida.
El sirolimús a veces se administra a pacientes que reciben trasplante pulmonar a fin de evitar el rechazo. Sin embargo, los estudios revelaron que el sirolimús producía una complicación grave y a veces mortal llamada dehiscencia de la anastomosis, la cual altera la cicatrización de la herida si el fármaco se administra cerca de la fecha de la operación. En consecuencia, se rompen las conexiones de los conductos donde se sutura el pulmón del donador en el receptor.
Sirolimús (nombre de marca, Rapamune®) tiene una vida media relativamente prolongada, lo que significa que permanece en el cuerpo aun después que un paciente deja de tomarlo. En consecuencia, muchos médicos no recetan sirolimús a quienes están a la espera de un trasplante de pulmón.
Sin embargo, algunos médicos que tratan la linfangioleiomiomatosis han comenzado a recetar everolimús (Zortress®), el cual tiene una vida media más breve. Tan pronto como el paciente se somete a un trasplante pulmonar, inmediatamente se le suspende el fármaco. En una encuesta informal, Dilling determinó que los médicos que han utilizado esta estrategia no refieren problemas de dehiscencia. Es más, un estudio reciente realizado en animales en la Universidad de Cincinnati reveló que si se suspendía de inmediato el tratamiento con sirolimús, no se alteraba la cicatrización de la herida. Además, un estudio previo en pacientes con fibrosis pulmonar que tomaron everolimús reveló que entre los 11 que habían recibido trasplantes pulmonares no hubo ningún incremento de la frecuencia de problemas de cicatrización y anastomosis de la herida.
Históricamente los médicos del Centro Médico de la Universidad de Loyola no han prescrito fármacos de la clase de la rapamicina a pacientes con linfangioleiomiomatosis que están en lista de espera para trasplante pulmonar. «Sin embargo, en vista de la evidencia y experiencias recientes, estamos evaluando este procedimiento», dijo Dilling.
Laura Lentz, presidente de la junta de directores de la Fundación de LAM, dijo que al ventilar el tema, Dilling «está brindando un servicio que va a contribuir de manera importante al tratamiento de las mujeres que tienen linfangioleiomiomatosis».
Lentz está de acuerdo con Dilling en que se necesita más investigación en torno a los fármacos de la clase de la rapamicina en pacientes con linfangioleiomiomatosis. «Una de las frustraciones de tener una enfermedad infrecuente es que no ha habido mucha investigación en este campo», dijo Lentz. «Hay más cuestiones desconocidas que si se tratara de una enfermedad frecuente».
mayo 11/2014 (Medcenter.com)
Francis X. McCormack, Yoshikazu Inoue, Joel Moss, Lianne G. Singer, Charlie Strange, Alan F. Barker. Efficacy and Safety of Sirolimus in Lymphangioleiomyomatosis.N Engl J Med 2011; 364:1595-1606.Abril 28, 2011