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Un tratamiento no quirúrgico que achica la próstata proporciona alivio de largo plazo para una condición que afecta a muchos hombres con síntomas molestos, dijo el médico portugués Joao Martins Pisco.
Pisco, director de radiología en el Hospital San Luis de Lisboa, presentó su estudio basado en los casos de 500 hombres ante la Reunión Científica Anual de la Sociedad de Intervención Radiológica en San Diego, California (Estados Unidos).
A medida que el hombre envejece la glándula próstata crece lentamente y puede presionar la uretra haciendo más lento y reducido el flujo de orina. Este agrandamiento de la próstata hace más frecuente la necesidad de orinar, particularmente durante la noche.
Según Martins Pisco el 72 % de los hombres tratados experimentaron un alivio de los síntomas dentro de los tres años después del procedimiento llamado embolización de arteria de próstata, que requiere una invasión mínima y se realiza guiado por imágenes.
«Los resultados de la embolización son similares a los de la cirugía pero con menos complicaciones», señaló el médico. «Los pacientes son dados de alta de tres a seis horas después del procedimiento y la mayoría de los individuos a quienes tratamos notan una mejoría casi inmediata».
Los síntomas del agrandamiento de la próstata pueden tener impactos negativos significativos en la calidad de la vida en una condición que afecta a más de la mitad de los hombres mayores de 60 años de edad.
El tratamiento estándar para la llamada hiperplasia benigna de próstata es la cirugía la cual requiere anestesia general y puede causar complicaciones como la incontinencia, la disfunción sexual, la impotencia y la eyaculación retrógrada, por la cual el semen entra en la vejiga.
La embolia de arteria, en cambio, puede realizarse bajo anestesia local e involucra la obstrucción temporal del flujo de sangre a las arterias que alimentan la próstata, explicó Pisco Martins.
«Nuestro estudio confirmó que la embolia de arteria de próstata no causó disfunción sexual y preserva la fertilidad», añadió el especialista, quien sostuvo que este es el estudio más extenso de su tipo.
«De hecho 148 pacientes, el 31,6 % del total tratado, informaron de una mejoría de la función sexual», continuó Pisco Martins añadiendo que «encontramos que cuanto más grande era la próstata y más graves los síntomas, mejores eran los resultados de la embolia».
Para este procedimiento un radiólogo de intervención hace una pequeña incisión en la ingle e introduce un catéter en la arteria prostática. Por ese tubo pequeño se introducen cuentas microscópicas que obstruyen temporalmente el flujo de sangre y esto causa que la próstata se encoja.
James Spies, presidente electo de la Sociedad de Intervención Radiológica, comentó que los resultados obtenidos en pruebas del método con hombres en Estados Unidos son «muy prometedores».
«El procedimiento requiere una instrucción rigurosa y un conocimiento detallado de la anatomía de la próstata y los vasos que la rodean», continuó.
marzo 28/2014 (EFE)
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