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El consumo excesivo de alcohol es nocivo para los huesos humanos, especialmente para la curación después de una fractura ósea.
Científicos de la Universidad de Loyola, en Estados Unidos, presentaron nuevos datos de cómo el alcohol influye en la cicatrización a niveles celular y molecular.
Expuesta recientemente en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Investigación Ósea y Mineral, la investigación tomó en cuenta los efectos del consumo sobre la curación ósea en ratones.
Durante los experimentos, los expertos expusieron a un grupo de roedores a niveles de alcohol equivalentes a tres veces el límite legal para conducir, mientras que otros animales solo recibieron solución salina.
En primer lugar, los especialistas notaron diferencias en ambos conjuntos en lo que se refiere al callo óseo, tejido óseo duro que se forma alrededor de los extremos de los huesos fracturados.
En el grupo expuesto al alcohol, el callo estaba menos mineralizado, es decir, no se estaba formando mucho hueso.
Asimismo, estos ratones mostraron niveles significativamente más altos de malondialdehído, una molécula que sirve como marcador de estrés oxidativo el cual afecta las funciones celulares normales.
En la actualidad, estos expertos diseñan un estudio en animales con posibles tratamientos para contrarrestar los efectos negativos del alcohol sobre la cicatrización ósea.
La Organización Mundial de la Salud afirma que el consumo nocivo de bebidas alcohólicas causa 2,5 millones de muertes cada año.
Según el ente, una proporción considerable de la fracción de esta carga de morbilidad se encuentra ligada a los traumatismos involuntarios e intencionales, en particular los causados por los accidentes de tránsito, actos de violencia y suicidios.
octubre 7/2013 (PL)
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»