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Una reconstrucción del tendón flexor siempre es larga, pero puede reducirse de siete a cuatro meses con una técnica olvidada descrita 20 años atrás.
«Hace veinte años se describió una técnica que reduce los plazos de recuperación de los injertos tendinosos vascularizados. Ahora somos conscientes de su utilidad. Consiste en reconstruir los tendones flelxores pero con el tendón flexor y el sistema de deslizamiento incluido, lo que ahorra una de las operaciones quirúrgicas. Además, probablemente mejora los resultados en los pacientes difíciles. En casos de complicación normal el resultado es similar al obtenido con las técnicas clásicas. Una reconstrucción del tendón flexor siempre es larga, pero se puede reducir de siete u ocho meses -con la técnica convencional- a tres o cuatro meses con la técnica rescatada». Pedro Cavadas, cirujano plástico del Hospital de Manises (Valencia) y presidente de la fundación que lleva su nombre, ha resumido de este modo su participación en el XVII Simposio Nacional Patología de Mano y Muñeca en el Mundo Laboral, organizado por el Hospital Central Fraternidad Muprespa de Madrid.
En esa mesa redonda se ha abordado el tratamiento de las secuelas tendinosas. «La cirugía primaria de los tendones flexores es la reconstrucción que se lleva a cabo en el momento de la lesión, mientras que la secundaria se realiza si falla la primaria. Esto hace que las dos intervenciones estén relacionadas, ya que cuanto mejor es la primaria hay menos secundaria», ha afirmado Aleksandar Lovic, de la Unidad de Miembro Superior del Hospital Universitario de La Paz, de Madrid, a DM. «Nos hemos dado cuenta, a nivel mundial, de que estamos mejorando muchísimo la primaria y, sin embargo, la secundaria no disminuye. Algo no funciona. Así, hemos visto que en España tenemos problemas en el protocolo de rehabilitación».
Para llegar a esta conclusión, Lovic comparó la rehabilitación entre centros de referencia en cirugía de la mano ubicados en Minnesota y Stanford (ambos en Estados Unidos), Shanghái (China), Berna (Suiza) y Saint Andrews (Reino Unido). «En común tienen que empiezar con un protocolo de movilización entre el tercer y quinto día que dura entre 8 y 12 semanas. Entre la semana 8 y la 10 el paciente puede incorporarse a un trabajo manual moderado, y la semana 12, si el trabajo es más duro. El tendón se tiene que mover continuamente para evitar adherirse a tejidos circundantes». En cuanto a los trasplantes de exteremidad superior, Cavadas, que desde el año 2006 va «a trasplante por año», ha insistido en que el problema no es la técnica quirúrgica sino la medicación a largo plazo.
Artroscopia de muñeca
Según Francisco del Piñal, presidente de la Sociedad Europea de Artroscopia de Muñeca, «esta técnica sirve para valorar a los pacientes que sufren dolor en la parte interna de la muñeca, pero también para tratar esta articulación sin cirugía abierta. La artroscopia ofrece resultados excelentes en la mayoría de los casos, algo que antes, en las fracturas graves, no era posible con yesos».
El simposio, de carácter bienal, ha sido presidido por Diego García Muela, jefe de Traumatología de la Fraternidad Muprespa. «Se han presentado técnicas punteras de reducción y fijación de las fracturas y novedades en el abordaje de las suturas tendinosas y en la zona de cobertura de la mano».
La ponencia de César Casado, del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, ha versado sobre las amputaciones del pulgar. «Como centro de referencia de reimplantes (reciben anualmente entre 28 y 32 casos), las piezas anatómicas nos llegan, bien conservadas. En el plazo de tres horas podemos empezar a revascularizar». Para aquellos pacientes cuyo reimplante no ha sido posible o no ha cursado con éxito, existe la alternativa del autotrasplante del primer dedo del pie a la mano. «El objetivo en ambos casos es recuperar la función de pinza que tiene el pulgar», ha señalado Casado a DM, recordando que, «dentro de los reimplantes, el de pulgar es una indicación absoluta que siempre hay que realizar. Junto con los del tercio distal del antebrazo son los que logran resultados más brillantes porque el pulgar desempeña un porcentaje muy importante de las actividades funcionales de la mano».
Francisco del Piñal, jefe de la Mutua Montañesa, de Santander, y especialista en cirugía de la mano, también dedica gran parte de su tiempo a las transferencias de dedos de pies a manos. «Lo hacemos para rehabilitar la mano. Cuando hay pérdida de muchos dedos del lado opuesto al pulgar también es necesaria su reconstrucción».
octubre 30/2012 (Diario Médico)