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La Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático dio su inicio en Bangkok otra ronda de conversaciones para avanzar hacia un pacto global de reducción de emisiones que los países en desarrollo ligan a garantías de financiación con la que afrontar los riesgos del calentamiento global.
La conferencia, preparatoria para la cumbre que tendrá lugar en Doha (Catar) a finales de año, persigue acercar posiciones sobre la extensión del Protocolo de Kyoto, que expira a finales de año, y su sustitución en 2015 por un nuevo acuerdo global sobre la reducción de gases de efecto invernadero que debe entrar en vigor en 2020.
Delegados de unos 190 países participan en las negociaciones en las que se prevé que los países en desarrollo presionen a los más ricos para que se comprometan a mantener las aportaciones anuales de 10 000 millones de dólares en ayudas que expiran en 2012.
Las naciones más pobres, la mayoría africanas y estados insulares del Pacífico, temen que no se llegue a ningún acuerdo que cubra sus necesidades hasta 2020, año a partir del cual los países más desarrollados se han comprometido a aportar 100 000 millones de dólares anuales.
«Los gobiernos prometieron reducir las emisiones y ayudar a los más pobres y vulnerables a adaptarse al cambio climático. Saben que deben implementar plenamente sus promesas, aumentar su esfuerzo hasta 2020 y redoblarlo después de 2020″, dijo la secretaria ejecutiva de la Convención Marco, Christiana Figueres.
Figueres admitió que la financiación será una de las cuestiones predominantes durante las conversaciones de Bangkok, pero descartó cualquier acuerdo político al respecto hasta la conferencia de Doha.
No obstante, Figueres destacó el avance que significó la primera reunión hace dos semanas del consejo ejecutivo del Fondo Verde, organismo para la gestión y financiación de proyectos de reducción de emisiones en países emergentes a partir de 2013.
El Fondo Verde fue aprobado en la Cumbre de Cancún (México) de 2010 y ratificado en la de Durban (Sudáfrica) del año pasado sin que se acordara la fórmula de financiación hasta 2020.
Las negociaciones de Bangkok concluirán el 5 de septiembre y se llevarán a cabo a través de tres grupos de trabajo.
El primero se dedicará a las enmiendas del Protocolo de Kyoto para alargar su vigencia a partir del 1 de enero de 2013 e introducir nuevos compromisos por parte de los países firmantes.
La extensión de este Kyoto 2 será uno de los focos de discusión entre grupos como la Unión Europea, que propone una prórroga de 8 años, y países como los que se agrupan en la alianza de pequeños estados insulares, más expuestos a efectos del cambio climático como la subida del nivel del mar, que abogan por una extensión de 5 años.
«Sería muy útil salir de Bangkok con una idea más clara de cuánto se debe alargar Kyoto, si 5 u 8 años», dijo Figueres quien identificó este punto como uno de los que marcarán el éxito o fracaso del encuentro en la capital tailandesa.
Un segundo grupo se centrará en terminar el plan de trabajo de Bali, aprobado en 2007, a través del cual se propusieron varios acuerdos internacionales dirigidos a evitar que la temperatura global del planeta aumente más de dos grados centígrados.
Estas discusiones se centrarán en fijar objetivos de reducción de emisiones para los países industrializados y las acciones de mitigación para los países en desarrollo.
El tercer grupo de trabajo, creado a raíz de los acuerdos de la Conferencia sobre el Cambio Climático de Durban (Suráfrica) del año pasado, iniciará el diálogo para la elaboración del nuevo acuerdo global que entrará en vigor en 2020 en el que se prevé proponer mayores recortes de emisiones.
La de Bangkok es la última reunión antes de la conferencia de Doha que tendrá lugar entre el 26 de noviembre y el 7 de diciembre.
«En Doha deberán marcar el camino para adoptar un nuevo acuerdo universal sobre el clima en 2015. Los próximos tres años guiarán las siguientes dos décadas de respuesta internacional al cambio climático», señaló Figueres.
agosto 31/2012 (EFE)