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Las personas con las articulaciones más flexibles de lo normal son más propensas a sufrir trastornos de ansiedad. Así lo ha puesto de relieve un estudio que a lo largo de 15 años ha analizado un grupo de personas con y sin hiperlaxitud articular (HLA) y sin antecedentes previos de ansiedad, dirigido por la Unidad de Ansiedad del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones (INAD) del Parc de Salut Mar de Barcelona y cuyos resultados se han publicado en la revista General Hospital Psyquiatry.
Se calcula que entre una de cada cuatro personas puede sufrir un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida, lo que incluye alteraciones como ansiedad aguda, ansiedad crónica y varios tipos de fobias. Por su parte, la HLA es un desorden hereditario benigno que se asocia a un aumento de la flexibilidad del tejido conectivo por una alteración de la fibra de colágeno, y que afecta a un 10-15 % de las personas, siendo tres veces más frecuente en mujeres que en hombres.
El estudio, dirigido por el Dr. Antoni Bulbena, director del INAD y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, en colaboración con el Grupo de Investigación de Ansiedad, Trastornos Afectivos y Esquizofrenia del IMIM, ha realizado un seguimiento a lo largo de 15 años a personas de entre 16 y 20 años, ya que en el l intervalo de 18 a 30 años es cuando se suelen presentar los primeros ataques de pánico.
“Los resultados han demostrado que la ansiedad se ha manifestado mayoritariamente en el grupo de personas con HLA en una proporción de 1 a 23 en forma de angustia, fobia social o agorafobia”, asegura el Dr. Bulbena.
Aunque los mecanismos neurobiológicos de esta asociación aún no se conocen bien, la ansiedad y la HLA tienen en común trastornos del sistema nervioso autónomo o vegetativo (lo que se conoce como disautonomía), encargado de regular muchas funciones del cuerpo, como el pulso, la presión arterial, la respiración o la temperatura. Probablemente por ello algunos síntomas de los trastornos de ansiedad, como palpitaciones, náuseas, respiración entrecortada, hiperventilación, temblores o molestias en el pecho son también más frecuentes en personas con HLA.
Dos décadas de investigaciones
Este estudio se suma a las investigaciones que el INAD lleva realizando desde hace un par de décadas en el ámbito de la ansiedad. Una de las más relevantes identificó por primera vez una alteración genética que predisponía a sufrir ansiedad. Según el estudio, publicado en la revista Cell, determinadas alteraciones en el cromosoma 15, presentes en el 7 % de la población, parecen favorecer la aparición de trastornos de ansiedad. Aunque la genética de los trastornos de ansiedad no está claramente dilucidada, se sabe que hay personas más predispuestas genéticamente y que, ante determinados factores ambientales y rasgos de la propia personalidad, tendrían mayor probabilidad de padecer alguna forma de ansiedad, como ataques de pánico.
Según el Dr. Bulbena, “es importante señalar que “estos factores predisponen y nada más. Este 7 % de la población con la alteración en el cromosoma 15 o este otro 15 % con HLA no tienen por qué sufrir un trastorno de ansiedad. Los factores decisivos son los ambientales, especialmente en los primeros años de vida, pero también estrés en el trabajo, la muerte de un familiar, un divorcio, un cambio de escuela o de trabajo, son situaciones que pueden conducir a la ansiedad, sobre todo en las personas que además tienen la alteración del cromosoma o HLA”.
julio 15/2012 (JANO.es)
Antoni Bulbena, Jordi Gago, Guillem Pailhez, Lili Sperry, Miquel A. Fullana, Oscar Vilarroya, et. al. Joint hypermobility syndrome is a risk factor trait for anxiety disorders: a 15-year follow-up cohort study. General Hospital Psychiatry; volume 33 (4), julio–agosto 2011, págs 363–370.