ene
18
Científicos del Instituto de Investigación Vall d’Hebron (VHIR) demuestran que el gen MYO1A, responsable de parte del andamiaje de las células epiteliales del colon, desempeña un papel clave en el desarrollo de esta clase de tumores.
Científicos del Centro de Investigaciones en Bioquímica y Biología Molecular (CIBBIM) del Instituto de Investigación Vall d’Hebron (VHIR) han identificado el rol de un gen -la Myosina 1a o MYO1A- en la aparición del cáncer colorrectal.
Lo que hasta hace poco se consideraba un gen sin demasiada importancia y responsable de parte del andamiaje interno de las células epiteliales del colon -estructura y recubrimiento de las vellosidades intestinales- ha resultado ser fundamental en el desarrollo del tumor.
Los resultados son concluyentes: MYO1A es responsable de la diferenciación de las células de tumores colorrectales, al mantener el tumor bajo cierto control y limitar el crecimiento tumoral. Los bajos niveles de MYO1A contribuyen a acelerar la progresión tumoral.
“Aunque hay que validar estos hallazgos en estudios mayores, hay firmes esperanzas de que la identificación del nuevo rol protagonista de MYO1A contribuya a decidir qué pacientes con cáncer colorrectal localmente avanzado están curados quirúrgicamente y cuáles tienen altas probabilidades de recaída”, explica Diego Arango, responsable de este estudio y jefe del grupo de Oncología Molecular del CIBBIM-VHIR.
Los investigadores consideran que este hallazgo, publicado en la Proceedings of National Academy of Science, PNAS (doi:10.1073/pnas.1120790109), otorga al MYO1A una papel protagonista en estos tipo de tumores, hasta el punto de tratarse de “un gen supresor del tumor capaz de modificar la supervivencia de los pacientes y actuar como factor pronóstico”.
El estudio, que buscaba la presencia de esta proteína en muestras de tumores localmente avanzados para ver cómo niveles altos o bajos de MYO1A repercutían de manera directa en la progresión tumoral y en la supervivencia, contrasta los datos con la evolución clínica de pacientes colorrectales para corroborar las diferencias en supervivencia y en periodo libre de enfermedad.
Así, los pacientes con niveles bajos de la proteína MYO1A están libres de enfermedad menos tiempo y tienen una menor supervivencia -inferior a un año- si se compara con los pacientes con altos niveles que tienen una supervivencia superior a nueve años. Además, niveles bajos de MYO1A se relacionan con una menor supervivencia de los pacientes con cáncer colorrectal, lo que lo convierte en un claro factor de mal pronóstico.
Aunque no es el único factor, por sí solo, capaz de producir un tumor donde no lo había, esta proteína es una pieza clave en la malignización del tejido colorrectal. Por el contrario, cuando MYO1A está presente ejerce un papel protector, al mantener la estructura natural del tejido.
Una proteína conductora del cáncer
“Hasta la fecha se pensaba que la pérdida de MYO1A era una consecuencia de la progresión tumoral. Sin embargo, uno de los resultados más sorprendentes del estudio es la demostración de que la inactivación de esta proteína es causante directa de la pérdida de diferenciación celular y, por lo tanto, contribuye directamente a la formación del tumor”, aclara Arango. “MYO1A es el conductor del proceso y no un simple pasajero”.
Es frecuente encontrar mutaciones de MYO1A (en el 32% de los tumores) y, en consecuencia, cuando este gen se altera y se inactiva se pierde la capacidad de diferenciación de las células epiteliales, lo que se traduce en bajos niveles de MYO1A, un mayor crecimiento tumoral, peor pronóstico de los pacientes y menor supervivencia.
enero 17/2012 (Jano. es)
Liliana Guzman-Rojas, Roberto Rangel, Ahmad Salameh, Julianna K. Edwards, Eleonora Dondossola, Yun-Gon Kim, et. al. Cooperative effects of aminopeptidase N (CD13) expressed by nonmalignant and cancer cells within the tumor microenvironment. PNAS 2012.