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Los pies de Lucy estaban conformados para caminar. Esa es la conclusión de un equipo de investigadores que dieron el primer vistazo a un hueso del pie de estos antecesores de los seres humanos que vivieron hace unos tres millones de años y concluyeron que estaban adaptados para vivir en tierra firme en vez de los árboles. Carol Ward, de la Universidad de Misuri y otros colegas informan en la edición del viernes de la revista Science que el descubrimiento demuestra que los antiguos Australopithecus afarensis tenían pies similares a los seres humanos modernos.
Lucy es el fósil insignia para su grupo de antiguos homínidos. El estudio de sus otros huesos indica que era capaz de mantenerse erguida, pero no se hallaron huesos de pies con su esqueleto, de modo que los investigadores se preguntaban si caminaba como los humanos modernos o si era una mezcla de moradora del suelo y de los árboles.
El nuevo descubrimiento demuestra que estos seres \»eran completamente de tipo humano y comprometidos a la vida sobre la tierra\», dijo Ward en una entrevista telefónica desde África.
El nuevo hueso, descubierto junto con otros de A. afarensis en Hadar, Etiopía, es un metatarso, uno de los huesos largos que conectan los dedos del pie con la base del pie. Demuestra que los parientes de Lucy tenían arcos del pie rígidos como los de los humanos modernos, en contraposición con los de los simios que son más flexibles para asirse a las ramas de los árboles.
Ese fue un paso importante en la evolución, explicó Ward. \»Esto demuestra que nuestros primeros antepasados caminaban como nosotros. Ahora que sabemos que Lucy y sus familiares tenían arcos en el pie, incide mucho en lo que sabemos sobre ellos, desde dónde vivieron hasta qué comieron, pasando por el modo en que evitaban a los depredadores\», agregó Ward, profesor de Anatomía integrativa. \»El desarrollo del arco del pie fue un cambio fundamental hacia la condición humana porque significó perder la habilidad de usar el dedo gordo del pie para asirse a las ramas, lo que indica que nuestros antepasados abandonaron la vida sobre los árboles para vivir sobre la tierra\».
Richard Potts, director del programa sobre orígenes humanos en el Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural, calificó el informe de \»notable para un solo hueso\».
\»Cada tanto uno halla una pieza del rompecabezas que te ayuda a completar algo. Este hueso realmente llena un hueco\», comentó Potts, que no participó en la investigación. Eso no significa que el A. Afarensis no trepara árboles, agregó. Probablemente era una criatura muy adaptable que retuvo los brazos musculosos que habrían sido útiles para los árboles, dijo.
Washington, febrero 11/2011 (AP)