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Un nuevo estudio ha permitido mostrar el impacto de la actividad física en pacientes con miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho, una enfermedad hereditaria caracterizada por arritmias ventriculares e insuficiencia cardíaca. Los resultados han sido publicados en Journal of Cardiovascular Electrophysiology.
La miocardiopatía o displasia arritmogénica del ventrículo derecho (ARVC/D) es una de las principales causas de la muerte súbita en jóvenes y atletas y presenta un fenotipo variable que puede estar determinado por factores ambientales.
El grupo del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, liderado por Manuel Jiménez Navarro, ha concluido que el ejercicio dinámico en pacientes con miocardiopatía de alto riesgo podría estar directamente asociado con una precocidad de los eventos arrítmicos ventriculares, una mayor gravedad de estos y asociado, además, a la disfunción sistólica del ventrículo derecho.
Para este estudio, se han recopilado datos sobre la actividad física realizada por los pacientes en el momento de ser diagnosticados de la enfermedad. La intensidad se ha clasificado atendiendo a la frecuencia media de las sesiones semanales de ejercicio físico en los diez años anteriores a la manifestación de la dolencia y en los siguientes grupos: alta/competitiva (más de 3 horas a la semana), moderada (de 1 a 3 horas) e inactivo, con menos de 1 hora.
De esta manera, el primer evento arrítmico importante y la aparición de disfunción ventricular derecha severa fue más temprano en el grupo de ejercicio de alta intensidad, seguido por el grupo de intensidad moderada y más tarde en el grupo de baja o inactivos.
“Concluimos, por lo tanto, que el ejercicio dinámico podría estar directamente asociado con la gravedad del fenotipo en relación con la precocidad de los eventos arrítmicos ventriculares mayores y la disfunción sistólica del ventrículo derecho en pacientes con miocardiopatía de alto riesgo”, indican los investigadores.