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Al menos 15 000 personas murieron específicamente por calor en 2022 en Europa, según los datos presentados hasta ahora por los países del Viejo Continente, ha indicado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre estos fallecimientos, las autoridades sanitarias han informado de casi 4 000 muertes en España, más de 1 000 en Portugal, más de 3 200 en Reino Unido y alrededor de 4 500 en Alemania durante los tres meses de verano.
Se espera que esta estimación aumente a medida que más países informen en profundidad sobre el exceso de muertes debidas al calor, afirman desde el organismo sanitario de las Naciones Unidas.
Por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE) de Francia ha informado de que entre el 1 de junio y el 22 de agosto de 2022 murieron más de 11 000 personas más que en el mismo periodo de 2019, el último año antes de la pandemia de COVID-19.
El INSEE ha sugerido que estas cifras ‘probablemente se explican por la ola de calor que se produjo a mediados de julio, tras un episodio inicial de ola de calor ya a mediados de junio’.
Las temperaturas en Europa, indica la OMS, se han incrementado considerablemente durante el periodo 1961-2021, a un ritmo medio de unos 0,5 °C por década.
Se trata de la región que más rápido se calienta, según un informe presentado esta semana por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Así, las temperaturas extremas fueron la causa de la pérdida de más de 148 000 vidas en la región europea en los 50 años anteriores, mientras que en solo un año desde entonces se han perdido, al menos, otras 15 000 vidas.
En 2021, los fenómenos meteorológicos y climáticos de gran impacto provocaron cientos de víctimas mortales y afectaron directamente a más de medio millón de personas, y alrededor del 84 % de estos eventos fueron inundaciones o tormentas.
Estos impactos en la salud de los habitantes europeos que se están experimentando ahora con un aumento de 1,1 °C en la temperatura media mundial son solo una muestra de lo que podemos esperar si la temperatura aumenta 2 °C o más en comparación con los niveles preindustriales, hecho que, según la OMS, ‘debería hacer sonar la alarma sobre nuestro futuro bajo un clima cambiante’.
En las próximas décadas, la creciente exposición y vulnerabilidad a las olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos provocará más enfermedades y muertes, a menos que los países adopten medidas de adaptación y mitigación verdaderamente drásticas para hacer frente al cambio climático, afirma la OMS.
Los planes de acción en materia de salud por el calor son ‘cruciales’ para la adaptación al cambio climático, protegiendo a las comunidades de las muertes y enfermedades relacionadas con el calor.
Según la OMS, más de 20 países de la región cuentan con planes de salud frente al calor y, aunque esto es alentador, dista mucho de ser suficiente, pues para que los planes sean eficaces, se necesita ‘una fuerte coordinación y cooperación intersectorial: si estamos mejor preparados para una región más calurosa, salvaremos muchas vidas’.
Entre tanto, Europa acaba de arrastrar el verano y el agosto más calurosos de los que se tiene constancia, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea.
Además de las altas temperaturas, ‘hemos luchado contra devastadores incendios forestales en toda la región, que han provocado las mayores emisiones de carbono desde 2007, han contaminado nuestro aire, han matado a muchas personas -incluyendo, a menudo, a los intervinientes de primera línea en los servicios de emergencia-, han desplazado a muchas más y han destruido grandes hectáreas de terreno.
noviembre 09/2022 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.